11/04/2011

Enrique González Macho, nacido en Santander en 1947, se ha convertido ayer domingo en el nuevo presidente de la Academia de Cine de España, al imponerse en la votación al realizador catalán Bigas Luna por 256 a 101. “Venimos a trabajar con absoluta transparencia y explicar a la sociedad cómo funciona la industria cinematográfica y audiovisual para acercarnos al público. No hay soluciones milagros. No venimos a romper nada”, ha afirmado Gonzalez Macho, que presidirá la institución durante tres años y contará con la actriz Marta Etura y la realizadora Judith Colell como vicepresidentas.

Hacía años que dos candidaturas tan sólidas no se enfrentaban por hacerse con este cargo (leer más), que tras la dimisión de su anterior presidente, Alex de la Iglesia (leer más), se había convertido en una patata caliente (el mismo Gonzalez Macho lo definió en una entrevista a El País como un “embolao”). Mientras que la candidatura de Luna surgía de las filas de los autores, el productor, exhibidor y distribuidor González Macho era identificado como un hombre fuerte de la industria, firme defensor del cine español y europeo (en 1998 fue nombrado Caballero de las Artes y las Letras de Francia por lo segundo) desde sus cines y su distribuidora Alta Films.

Las elecciones se desarrollaron en medio de un clima festivo, punto y final de unos meses my difíciles en los que la Academia ha tenido muy a su pesar una enorme presencia mediática. A finales del año pasado, la polémica ley contra la piratería (leer más) provocó un soterrado enfrentamiento entre el entonces presidente de la Academia, De la Iglesia, y la anterior, la actual ministra de Cultura Ángeles González-Sinde.

La vigilia de las elecciones llegó con una inmejorable noticia bajo el brazo: la anhelada vuelta a la Academia de los hermanos más conocidos e influyentes del cine español, Pedro y Agustín Almodóvar, que llevaban más de seis años alejados de ella por discrepancias con el sistema de voto. Este regreso, que tuvo como aperitivo la aparición por sorpresa de Pedro en la Gala de los Goya de 2010 (leer más), ha sido interpretado como un reconocimiento a la labor de Alex De la Iglesia.