10/08/2011

Una de las producciones rumanas que compiten en Locarno, Best Intentions [+lee también:
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ficha de la película], es el segundo largometraje de Adrian Sitaru, tras Hooked [+lee también:
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entrevista: Adrian Sitaru
ficha de la película], seleccionado en los Venice Days de 2008. La cinta cuenta la historia de Alex (Bogdan Dumitrache), un joven de éxito que empieza a vivir una pesadilla cuando su madre sufre un derrame y es llevada a un hospital de provincia. En su intento por estarle lo más cerca posible, Alex comprobará que el camino hacia los infiernos está lleno de buenas intenciones.

Alex se encuentra súbitamente rodeado de amigos y familiares que le aconsejan cómo debería cuidar a su madre. Sitaru, no obstante, se centra en los pensamientos y creencias del protagonista, que también tiene su punto de vista al respecto. De hecho, Best Intentions está inspirada en la experiencia del propio director, quien recalca la subjetividad del relato con trucos innecesarios, especialmente con los planos subjetivos que caracterizaron Hooked.

Cabe decir que si uno ha visto su ópera prima, puede aceptarse esta convención: todas las escenas las filmó el director de fotografía Adrian Silisteanu, con planos en primera persona muy naturalistas (la cámara se mueve tanto como los ojos de los personajes). Sin embargo, en Best Intentions es distinto: al ser Alex el centro de atención siempre, solo se hace uso de esta estrategia con los personajes que lo rodean.

El problema es que los planos subjetivos no se usan siempre en la película. Cada vez que se produce un cambio entre estos ángulos y encuadres normales, la magia se pierde: uno aprecia la artificialidad de una decisión artística que no emociona y que tan solo recuerda al espectador que lo que ve es una película. Hay algunas secuencias poderosas (por ejemplo, un abrumado Alex visto con los ojos de su madre al final de su estancia en el hospital), pero en general este ardid no ayuda mucho. En otra escena el plano subjetivo da una impresión muy poco natural: acompañado por su padre (Marian Ralea), Alex busca la habitación en que está su madre y, aunque el padre es el único que conoce el camino, debe permanecer tras su hijo, guiándolo con la voz, en una toma en primera persona.

Aunque aborda un asunto dramático, Best Intentions también da cabida al humor. A veces, la habitación donde la madre está ingresada da un aspecto curiosamente acogedor, con un trasiego de visitantes y amigos que vienen a ver a la familia. Sitaru, guionista y productor de la cinta además de director, tiene un gran talento para el diálogo y la sátira, y el público reirá a gusto con la cháchara de estos personajes.

Pues sin duda, el punto fuerte de la película es el reparto: Bogdan Dumitrache (The Portrait of the Fighter as a Young Man [+lee también:
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ficha de la película]) encarna a la perfección al angustiado Alex, pero quien más emociones ofrece es Natasa Raab, la inolvidable madre del protagonista, una mujer frágil y confusa que se ve a sí misma en una cama de hospital sin saber cómo llegó hasta allí. El resto de interpretaciones son buenas, aunque algunos actores parecen algo incómodos cuando deben mirar directamente a la cámara.

Por otra parte, no sería la primera vez que Sitaru sale victorioso de Locarno: hace algunos años, su cortometraje Waves volvió a casa con el máximo galardón de la competición Leopards of Tomorrow.

Best Intentions es una producción de HiFilm (Rumanía), Cor Leonis Films (Hungría) y de la productora de Sitaru, 4Proof Film. En 2008 recibió ayudas por valor de unos 125.000€ del Centro Nacional del Cine Rumano y 110.000€ de Eurimages, para un presupuesto total de 800.000€. Films Boutique es su agente de ventas internacionales y el brazo distribuidor de HiFilm, Parada Film, estrenará la cinta en Rumanía el próximo mes de octubre.

(Traducción del inglés)