13/08/2011

La 64ª edición del festival internacional de cine de Locarno se ha cerrado este sábado con la victoria de Abrir puertas y ventanas [+lee también:
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entrevista: Milagros Mumenthaler
ficha de la película], de Milagros Mumenthaler. Esta coproducción entre Suiza y Argentina, ganadora del Leopardo de oro y el premio FIPRESCI y valedora del galarón a la mejor actriz para María Canale, no contaba, sin embargo, con muchas posibilidades de ganar en una competición a priori dominada por otra película suiza, el documental Vol spécial [+lee también:
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ficha de la película], de Fernand Melgar. Al final, esta áspera crítica del sistema jurídico helvético, que permite a las autoridades mantener en prisión durante un periodo máximo de dos años a los inmigrantes ilegales hasta su expulsión en “vuelos especiales", tuvo que contentarse con dos galardones menores: el premio del jurado ecuménico y el premio del jurado de los jóvenes.

El Leopardo de oro de este año también ha sorprendido a todo el mundo por haber sido concedido a una ópera prima. Milagros Mumenthaler, nacida en Argentina en 1977, vivió en Suiza hasta que cumplió diecisiete años. Completó sus estudios en la Universidad del cine de Buenos Aires y en la Alta Escuela de Arte y de Diseño (HEAD) de Ginebra. Con todo, parece poco probable que sus lazos con el país anfitrión del festival hayan desempeñado finalmente un papel en la atribución del máximo galardón: en Locarno, la proyección de Abrir puertas y ventanas no conmovió a la crítica y la única representante helvética del jurado, la directora Bettina Oberli, no habría podido por sí sola determinar la suerte de la película.

Al final, no obstante, este primer largometraje eclipsó a toda la competencia; empezando por las cuatro películas francesas en competición (un récord histórico). Excepto Un amour de jeunesse [+lee también:
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entrevista: Mia Hansen-Love
ficha de la película], de Mia Hansen-Love, que sale de Locarno con una tímida mención especial del jurado, ninguna de ellas figura en la lista de premios. Otras producciones nacionales "fuertes" de esta edición 2011 salen mejor paradas: Rumanía se hizo con dos premios (un leopardo para Adrian Sitaru y su esperadísima Best Intentions [+lee también:
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ficha de la película] y el premio al mejor actor para su protagonista, Bogdan Dumitrache), Japón obtuvo el leopardo de oro especial del jurado (por Tokio Koen, de Shinji Aoyama) e Israel recibió el premio especial del jurado (por Hashoter, de Nadav Lapid, unánimemente aclamada por la crítica).

Pero lo que marcará esta 64ª edición (además del recuerdo del diluvio que estropeó los primeros días del festival) es ante todo el regreso a un glamour poco presente, estos últimos años, en la Piazza Grande. Así, durante algunos días pudimos cruzarnos con Harrison Ford y Daniel Craig en las sinuosas calles de Locarno, contemplar a un irónico Abel Ferrara recibir un Leopardo de honor ante miles de espectadores suizos o de otras nacionalidades presentes para la ocasión, escuchar a Gérard Depardieu hablar con una voracidad pantagruélica sobre el cine de Pialat e incluso ver a Isabelle Huppert bajo una carpa VIP, sonriente y con una copa de champán en la mano. Tal vez no se pueda aún comparar con Cannes o Venecia, pero ya es algo más que, simplemente, Locarno.

(Traducción del francés)