14/12/2011

El director alemán Christoph Hochhäusler, participante asiduo de los grandes festivales desde sus inicios con This Very Moment en el Forum de la Berlinale en 2003 y sus dos selecciones en Un Certain Regard de Cannes (Low Profile en 2005 y The City Below [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Christoph Hochhäusler
ficha de la película] en 2010), no ha quebrantado esta regla con su cuarto largometraje: One Minute of Darkness (Three Lives), presentada en competición ayer en el Festival de Cine Europeo de Les Arcs, fue proyectada en Berlín (en la sección Forum nuevamente) antes de pasar por Locarno fuera de competición.

One Minute of Darkness (Three Lives) es un ejercicio de trilogía en torno a un mismo tema (la fuga de un asesino) abordado desde puntos de vista diferentes (los dos otros directores implicados son Christian Petzold y Dominik Graf). La de Hochhäusler es una obra de género basada en un guión clásico (numerosas persecuciones, supervivencia en el bosque, suspense, investigación policial) que se desvía hacia el cine de autor con un ritmo pausado, unos decorados muy hermosos y una atmósfera lacónica y de cansancio que define los rasgos de los dos protagonistas: el asesino (Stefan Kurt) y el policía (Eberhard Kirchberg).

El director, que prescinde de la espectacularidad y de la psicología, brilla especialmente por las magnificas escenas rodadas en el bosque donde deambula el fugitivo. El clima acentúa la soledad enfermiza del personaje (se habla a sí mismo y sufre una especie de regresión), entrecortada por encuentros, evitados o no (senderistas, una joven fugitiva, las batidas de la policía, gente de paseo). En paralelo, el policía encargado de la investigación se obsesiona con el crimen que ha hecho condenar al fugitivo: un asesinato grabado por una cámara de vigilancia que, sin embargo, no registró el minuto crucial.

Christoph Hochhäusler prefiere concentrarse en la intensidad de los rostros del cazador y de la presa y hace avanzar tranquilamente la intriga, ofreciendo con cuentagotas elementos que desenredan la trama (el pasado del asesino, el estado de salud del policía) y sugiriendo una reflexión sobre los temas de la estigmatización ("es el monstruo de la televisión"), los errores judiciales y el tiempo que pasa. Desde un alto sobre el inmenso panorama del valle donde se sitúa la pequeña ciudad de Thuringe, marco del drama, la cámara del director apunta con certeza y logra hacer de este suceso "común" una película perfecta en el aspecto visual y en la que el silencio prevalece sobre el ruido.

One Minute of Darkness (Three Lives) es una producción de Heimat Film. Las ventas internacionales están en manos de Bavaria.

(Traducción del francés)