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GIJÓN 2012

The Patience Stone: la mujer en Oriente medio

por 

- La última película de Atiq Rahimi ha competido en el 50° festival de cine internacional de Gijón, de donde se vuelve con tres premios bajo el brazo

Ocho años después de la multipremiada Earth and Ashes, Atiq Rahimi ha decidido recorrer el mismo camino artístico para dar forma a The Patience Stone [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
: al igual que aquella, la nueva película del polifacético artista afgano es una adaptación a la gran pantalla de una novela propia y entra en España por la misma ciudad, Gijón: Earth and Ashes participó en la Semana Negra en 2004 y The Patience Stone ha competido en la 50° edición del festival de cine de Gijón, donde se ha alzado con tres premios (leer más).

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La película presenta a una mujer que se ve atrapada en su casa, donde debe cuidar de su marido, herido en una reyerta y en estado de coma, y proteger a sus hijas de los continuos combates de las guerrillas. Rahimi ambienta esta historia “en algún lugar de Afganistán o del mundo”, como reza el comienzo de la novela homónima que inspira el film. En la mitología persa, sangué sabour, “La piedra de la paciencia”, es una piedra mágica a la que uno le cuenta sus desgracias y miserias, todo lo que no nos atrevemos a revelar a los demás. La piedra absorbe como una esponja todos los secretos hasta que un día explota. Ese día uno queda liberado. Rahimi se inspiró en esa leyenda y en una historia que le contaron sobre un marido que quedó en coma tras un intento de suicidio para imaginar “qué tendría que decir la mujer sobre ella misma”. Así, el marido convaleciente se convierte en el confidente silencioso y la mujer inicia un monólogo sobre su historia personal, que es la historia de la opresión del hombre y de la sociedad contra la mujer.

Rahimi justificó la adaptación de una historia a primera vista tan teatral al lenguaje cinematográfico citando a su coguionista, Jean-Claude Carrière: “no toda historia a puerta cerrada es necesariamente teatral”. Rahimi afirma que “en mi novela, el narrador no abandona en ningún momento la habitación” y su forma de salir de ella fue que “la cámara saliese con la mujer”, a la calle y a la casa de su tía. “La especificidad del cine con respecto al teatro consiste en captar la ambigüedad entre la mirada, el gesto y las palabras de los personajes”. Apoyándose en esta idea, en la elaborada fotografía de Thierry Arbogast y en la excelente interpretación de Golshifteh Farahani (Pollo con ciruelas [+lee también:
tráiler
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, A propósito de Elly), Rahimi consigue mantener el ritmo y la atención del espectador hasta un final que no logra adquirir la fuerza de su planteamiento original pero que deja intacta nuestra curiosidad por una sociedad y un cine que pocas veces llega a nuestros círculos.

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