09/01/2013 - Un buen partido, tercera película rodada en los EE. UU. por el director transalpino, se estrenará en Italia el 10 de enero con 450 copias tras una tibia acogida en América.

Un torrente desbocado. De esta manera se ha presentado Gabriele Muccino a la prensa italiana tras el pase en Roma de su último trabajo, Un buen partido. Su tercera película realizada en los EE.UU. tras En busca de la felicidad y Siete almas, está a punto de llegar a la cartelera italiana (el 10 de enero de la mano de Medusa con 450 copias), aunque su acogida por la mercado estadounidense ha sido más tibia y la crítica ha mostrado claramente su rechazo. Sin embargo, el director romano no acepta hablar de fracaso: “Un fracaso es cuando una película cuesta 120 millones de dólares y recauda sólo veinte”, ha subrayado. La suya, una producción de la estadounidense Nu Image/Millennium Films en asociación con la italiana Andrea Leone Films, ha costado veinte y sólo en EE. UU. ha recaudado trece, que ascienden a 21 sumando el resto de territorios en donde ya ha sido estrenada (como España, Holanda, Hungría, Finlandia y Rusia).

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Los próximos estrenos previstos en Europa son Francia y Alemania. Pero más allá de las cifras, el director ha hablado sobre la estrategia: “No debía ser una comedia romántica, sino una película sobre las relaciones humanas con momentos emocionantes. Pero el distribuidor estadounidense la ha etiquetado de esa manera y he tenido que cortar al menos dos escenas dramáticas que daban sustancia al conjunto”. La historia gira en torno a un padre que se reencuentra con su hijo (y su ex mujer), aunque es además el retrato irónico de una localidad de Estados Unidos poblada por amas de casa desesperadas. La película, de hecho, tiene un desarrollo muy previsible y sencillo, donde faltan los momentos dramáticos que, gusten o no, representan el estilo de Muccino. El reparto de excepción (Gerard Butler, Jessica Biel, Uma Thurman, Catherine Zeta-Jones, Dennis Quaid) y la correcta dirección no bastan para hacer de ella una película atractiva.

Una oportunidad perdida, quizás. “No tengo nada contra Hollywood”, ha dicho un conciliador Muccino. “Mis mayores éxitos los he hecho con Sony, con libertad absoluta (En busca de la felicidad recaudó más de 300 millones de dólares en todo el mundo, ndr). Este, en realidad, es un proyecto independiente. Y poner de acuerdo a trece productores no es fácil”. Pero el autor de El último beso no se da por vencido: “Estoy escribiendo mi próxima película. Será en inglés y estará ambientada en los EE. UU.. La protagonista será una actriz muy joven”. Y los productores, ojalá, europeos.

(Traducción del italiano)