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CANNES 2013 Competición

Unos vampiros vintage protagonizan Only Lovers Left Alive

por 

- Jim Jarmusch sale airoso de su inmersión en el género vampiresco con una cinta en la que Tilda Swinton y Tom Hiddleston encarnan a dos amantes inseparables y estrellas del rock de vuelta de todo

Cuando pensábamos que el estadounidense  Jim Jarmusch (60 años) era ya un poco una pérdida para la causa cinematográfica desde que Broken Flowers se hiciera con el gran premio del jurado en la Croisette en 2005, Europa le ha dado un nuevo impulso cuyo resultado es la coproducción británico-alemana Only Lovers Left Alive [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, presentada en competición oficial en el 66º festival de Cannes.

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Después de haber demostrado su habilidad a la hora de desmontar géneros como el western en Dead Man (1995) o el thriller revestido de artes marciales en Ghost Dog, el camino del samurái (1999), llega el turno del cine de vampiros: un género que siempre vuelve cada cierto tiempo a estar de moda en la gran pantalla, desde Murnau (1922) y Dreyer (1932) hasta la saga Twilight, delicia estos últimos años del público adolescente, pasando por obras como El ansia (1983), Los viajeros de la noche (1987) o Entrevista con el vampiro (1994). Ésta última es una adaptación de una obra de Anne Rice (la gran maestra literaria del género junto con Stephenie Meyer) y, si bien la cinta de Jim Jarmusch no guarda relación oficial con la novelista (el director firma aquí un guion original), es la que mejor ha conseguido trasladar la atmósfera de desengaño en que viven inmersos los vampiros a la hora de afrontar su propia inmortalidad.

Adam y Eve (traducción de los Adán y Eva bíblicos, en una de las tantas ocurrencias de que hace gala el film) son una especie de estrellas del rock de vuelta de todo que van por la vida como si aún viviesen hace algunos siglos. A ellos les dan vida con talento la escocesa Tilda Swinton y el inglés Tom Hiddleston, que, adaptados a la vida vampiresca del siglo XXI, ya no matan a nadie sino que sacian su sed de sangre corrompiendo al personal hospitalario. Eve vive en Tanger y Adam, en la larguísima periferia de Detroit. Éste es un apasionado de la música y la ciencia inaccesible y vive recluido en su caótica residencia. Adam ya no da conciertos y vive unido al mundo únicamente por una especie de camello que le trae guitarras de colección por las que se vuelve loco. En cuanto a su amada, Eve, superviviente desde mucho antes en el mundo de los humanos (calificados como "zombis" que contaminan la sangre y el agua de la Tierra), ha desarrollado varios dones; entre ellos, el de poder datar los objetos al tocarlos y el de prever el futuro de otros seres.

La depresión de Adam a raíz de esta vida sin fin lleva a Eve a viajar a Detroit, en avión y de noche, para animar a aquel a quien ama (ya se casaron tres veces a lo largo de las edades). Sin embargo, la irrupción de Ava (Mia Wasikowska), hermana de Eve y vampira que no es capaz de resistirse a su sed natural, pondrá patas arriba la rutina de la pareja y les obligará a huir de los Estados Unidos para refugiarse en Marruecos, donde les espera su "hermano de sangre" Marlowe (John Hurt). Lo que no esperaban es lo que ocurrirá a su llegada…

Only Lovers Left Alive alterna escenas de interiores muy ricas en detalles visuales sugerentes con escapadas nocturnas a pie por las callejuelas de Tanger o en coche por una Detroit totalmente desértica y abandonada (el teatro Michigan, la fábrica de Packard…) y juega con mucha elegancia la carta de un humor culto, literario (Shakespeare, Byron, Faust, Shelley, Mary Woolstonecraft) y científico (Fibonnaci, Tesla, Einstein, etc.) con citas y referencias a eminencias que conocieron a lo largo de sus vidas. En este largometraje 100 % europeo, Jim Jarmusch presenta hermosísimas secuencias en las que los movimientos de los personajes están en armonía con la rotación de los discos de vinilo o las grabaciones de Adam y hace gala de un juego humorístico apoyado en el carisma de Tilda Swinton y Tom Hiddleston. En este viaje en que el apetito por la sangre no aparece desligado de la adicción a la heroína, el cineasta pasea su cámara con un desparpajo magistral para sumergirse en el universo de la música (William Lawes, Eddie Cochran, Charlie Feathers, Jack White, los labels Motown y Stax, Charlie Feathers, etc.) que tanto le gusta, firmando una obra vintage sobre el paso del tiempo y la huella de los artistas, que son, en cierto modo, vampiros de la eternidad.

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(Traducción del francés)

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