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PARIS CINÉMA 2013

La bataille de Solférino: una madre, un padre, dos hijos y un país

por 

- Justine Triet firma un primer largometraje atrevido: una ficción íntima que transcurre en mitad de un acontecimiento de gran repercusión nacional

La bataille de Solférino: una madre, un padre, dos hijos y un país

Es 6 de mayo de 2012, día de la elección del presidente de la república francesa. Los que apoyan a François Hollande y los que apoyan a Nicolas Sarkozy se agrupan frente a las sedes principales de sus dos partidos, cantan eslóganes, alzan sus banderas al viento y, en mitad del tumulto, un cineasta rueda su primer largometraje de ficción. La bataille de Solférino, proyectada ayer a concurso en el 11° festival Paris Cinéma tras haber sido programada en la sección ACID del festival de Cannes, sumerge en el corazón de la realidad de un acontecimiento de gran repercusión para el país una intriga protagonizada por dos padres separados y enfrentados por la custodia de sus hijos. Justine Triet teje, así, una obra ambiciosa e híbrida que fascina por su fogosa modernidad y por el contraste de ésta con el savoir-faire (o el conformismo) de la gran mayoría de producciones francesas.

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Todo empieza en el caótico piso de Laetita (Laetitia Dosch), que da instrucciones a una niñera sin experiencia encargada de cuidar a sus dos bebés durante todo el día. La muer está doblemente agitada, puesto que debe cubrir para la televisión de información continua para la que trabaja la jornada de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales desde la sede del partido socialista en París, en la rue de Solférino. Por si fuera poco, a la salida del edificio surge otro problema: Vincent (Vincent Macaigne), padre de sus hijos, con quien las relaciones no pasan por su mejor momento. Laetitia se va a trabajar, recorriendo París en moto con su cámara, pasando de plató en plató y de entrevista en entrevista con militantes y simpatizantes, mientras en su casa la situación empeora, con un Vincent que, carta del juez en mano, reclama su derecho a entrar para dar unos regalos a sus hijas ante la mirada atónita de la niñera, que no deja de telefonar a Laetitia y a un vecino para que echen al padre de casa por las buenas. La tensión aumenta a medida que va pasando el día y todos los protagonistas (crías incluidas) se verán las caras en mitad de la algarabía de la rue de Solférino, en un momento en que a la explosión de los problemas de la familia acompaña el estallido de júbilo por la victoria de François Hollande. La historia continuará hasta el final de la noche (pasando por la detención de Vincent y otro directo de Laetitia desde la plaza de la Bastilla). De vuelta a su piso, el nuevo novio de Laetitia y un amigo de Vincent les ayudarán a encontrar una solución pacífica y dialogada. 

En su intento por no ser aplastada por sus propios modelos cinematográficos (pensamos en la Nouvelle Vague o en el Dogma) y primar el poder de la imaginación, Justine Triet ha conseguido una película muy fresca cuyos defectos, menores (un guion que a veces flirtea con lo inverosímil) cobran una ínfima importancia frente al dinamismo de la narración y la originalidad del paralelismo entre un conflicto individual y el destino colectivo y político de un país, todo ello al compás de Lose Your Soul de Dead Man’s Bones (el grupo de Ryan Gosling). La bataille de Solférino es una producción de Ecce Films (que ya estuvo detrás de La Fille du 14 juillet [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película
]
) que Shellac estrenará en Francia el próximo 18 de septiembre.

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(Traducción del francés)

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