21/11/2013 - El debut en la dirección de Jan Forsström retrata el filo de la sensatez en la sobreprotección y los sacrificios parentales en este drama tan minimalista como efectivo

El debut en la dirección de Jan Forsström, The Princess of Egypt, se proyectó fuera de competición en el Festival Internacional de Cine de Bratislava, en la sección de primeras y segundas películas. Forsström ya se ha labrado una sólida carrera como guionista, por lo que su evolución hacia el interés en la dirección parece una elección natural. Al igual que en el filme sueco Eat Sleep Die [+lee también:
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ficha de la película], el guionista y director finlandés sobrevuela el tema de la escasez de puestos laborales tras los golpes de la crisis económica global, pero continúa investigando en una más personal e individual.

Marja intenta llegar a fin de mes aceptando los turnos nocturnos en un servicio de reparto de periódicos, aparentemente llevados, en su mayoría, por extranjeros. Durante el día, duerme y se esfuerza para criar su hija pequeña todo lo bien que puede. Como madre soltera, falta de ingresos duraderos, su vida es una lucha constante. Así, las cosas se ponen a punto de ir de mal en peor cuando se encuentra con su ex novio, cuya obsesiva decisión de reclamar la paternidad de su hija la llevará al borde de la cordura.

La espiral de caída empieza en ese encuentro inocente y culmina en un acto de autodefensa, demente y desproporcionado. La película pone el foco en Emmi Parviainen como la madre que protege su hija por encima de todo, aunque la actitud del padre sea persistente, pero no abusiva. Sus pobres condiciones de vida se mantienen como relevantes, pero el tema de la crisis personal crece a lo largo de la película. Princess of Egypt se acerca a un estudio de personaje y una historia de iniciación en la vida adulta, ya que Marja era demasiado joven para tener un hijo, por lo que debe afrontar prematuramente la desalentadora realidad, desenvolviendo pequeños trabajos para poder cubrir sus costes de vida básicos. La figura de la madre se vuelve contradictoria, ya que por una parte se rige por un instinto de mujer hecha a sí misma, para hacerlo lo mejor posible aún bajo las peores condiciones, mientras se vuelve más y más posesiva con su hija, el único pilar firme de su vida.

La película, análoga a la protagonista, se mueve en dos planos diferentes. Primero, el social, construido sobre para retratar claramente la situación después de la crisis a lo zeitgeist. El segundo es el psicológico, retratando un colapso individual, casi según las pautas del género gángster. En cierto punto, el director utiliza la misma fórmula de la que Eran Creevy hizo gala en el final de Shifty [+lee también:
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ficha de la película]. Mientras en ella el clímax es el resultado de un ritmo intenso y una tensión acumulada, en la cinta de Forsström es el acto desesperado de una persona paronica, impulsada por su baja condición social y su fanático y egoísta fervor de proteger a su única hija.

Princess of Egypt está producida por Making Movies Yo.

(Traducción del inglés)