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BERLINALE 2014 Panorama Special

Land of Storms: un amor bucólico contra la intolerancia

por 

- El húngaro Adam Csaszi promete con su debut, una fascinante película LGBT presentada en la sección Panorama de la Berlinale.

Land of Storms: un amor bucólico contra la intolerancia

Hace una década, la competición por el Teddy Award incluía en ocasiones películas que tocaban de manera tangencial los asuntos concernientes a lesbianas, gais, bisexuales y personas transgénero. Ahora, obras importantes provenientes de los cinco continentes optan a este galardón y Land of Storms [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Adam Csaszi
ficha de la película
]
, de Adam Csaszi, es desde hoy una de las candidatas a convertirse en la favorita del jurado. La historia de Szabi, un futbolista húngaro que vuelve al pueblo de sus abuelos tras una fracasada carrera deportista en Alemania, explora el autodescubrimiento y la intolerancia frente a estos problemas de manera convincente.

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Nunca es demasiado tarde para replantearse el propio camino en la vida. De esto se da cuenta Szabi (Andras Suto) mientras trabaja a las órdenes de un club en Alemania. Entonces, algo ocurre y el joven regresa a la granja de sus abuelos en Hungría, ahora desierta. Una noche, Szabi oye ruidos: alguien está intentando robar su vieja bicicleta. Así es como conoce a un joven del pueblo llamado Aron (Adam Varga). En el guion de Ivan Szabo y el propio Csaszi, al golpe en la cabeza le sigue una amistad espontánea y Aron pronto empezará a ayudar a Szabi para reparar la casa en ruinas. La llegada de Bernard (Sebastian Urzendowsky), un antiguo compañero del equipo de Szabi, complicará las cosas aún más.

Si bien se cuentan por docenas las películas LGBT que abordan el descubrimiento de la propia sexualidad, Csaszi consigue contar su historia de una manera tan absorbente como fresca. Suto y Varga desprenden química en la pantalla mientras que la cámara de Marcell Rev se aprovecha de la belleza de los campos de alrededor y de algunas elecciones de la dirección de arte (como una conversación en un solitario bote con forma de cisne) que resultan tan interesantes como desmesuradas, pues se mantiene la intención de que el público piense que esta complicada historia de amor transcurre en un pueblo en mitad de la nada.

Csaszi hace que sus protagonistas realicen una coreografía atractiva y hermosa, cuando nadan, beben de la misma botella, amartillan clavos en el tejado o colocan una puerta en su bisagra. Esta última escena constituye un momento de gran belleza, en el que los protagonistas se mueven de un lado a otro para encontrar la mejor posición, sonriéndose mutuamente a través del cristal. Otro ejemplo de la agudeza visual del director es la parte en la que los dos cuerpos se entrelazan en el lodo árido y quebrado, a la luz de la bicicleta de Szabi.

Aunque recitan sus líneas de diálogo de manera demasiado plana en ocasiones, los dos actores principales dan muestras de convencimiento y sinceridad, especialmente cuando los chismes del pueblo empiezan a catalogarlos como los parias del lugar. Land of Storm es una historia de amor e intolerancia y la decisión de los guionistas para el final de la obra puede dar lugar a la polémica entre parte del público. Parece que Szabo y Csaszi quisieron evitar que se les acusara de ningún modo de previsibles y, así, optaron por un destino inmaduro y poco plausible 

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(Traducción del inglés)

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