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CANNES 2014 Un Certain Regard

Hermosa juventud: cuando la pobreza entra por la puerta...

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- CANNES 2014: Se proyecta en la sección Un Certain Regard el quinto largometraje de Jaime Rosales, cineasta barcelonés que visita Cannes por cuarta vez

Hermosa juventud: cuando la pobreza entra por la puerta...

El título de un famoso disco del dúo español El último de la fila rezaba (inspirándose en Oscar Wilde): “Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana”. Vamos, que la felicidad es plena y, sobre todo, segura cuando tenemos las necesidades básicas cubiertas. En su nueva película, Jaime Rosales emplea esa idea como conflicto central para retratar los tiempos críticos y grises que sufrimos, enfocando en este caso su cámara hacia esos jóvenes que, en otro contexto histórico más benigno, lo hubieran tenido todo: belleza, ilusión, energía, salud, afecto y una vida rebosante de sueños por delante. Pero esto se frustra por culpa de la penosa situación social actual, ya enquistada. De ahí el título, algo irónico, de este film, con el que Rosales vuelve a la Croisette tras hacerlo con Las horas del día (2003, Quincena de los realizadores, Premio FIPRESCI), La soledad [+lee también:
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(2007, A certain regard) y Sueño y silencio [+lee también:
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(2012, en la Quincena).

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está rodada con una fotografía tan cruda que no deja dudas sobre el realismo de la propuesta. Por su fotogramas desfilan pisos humildes con muebles desgastados, barrios periféricos y carreteras de entrada a Madrid. Cero glamour: el lujo sólo existe en la televisión que miran sus anestesiados personajes y en las ilusiones de  un mañana tan lejano como un cuento de hadas. Rosales, pues, no abandona su sello y estilo, cercano al documental y con una cámara en ocasiones inestable; su gramática, mirando las escenas a través de una puerta o ventana, deja de nuevo a los personajes que hablan fuera de campo; y la música está ausente en su metraje.

Respecto a sus personajes, los protagonistas son la pareja Carlos y Natalia. Ella (soberbia Ingrid García Jonsson), de 22 años, está desocupada y gasta las horas del día durmiendo, cuando no roba algún capricho en unos grandes almacenes. Él (Carlos Rodríguez), un año mayor, hace mudanzas y recoge escombros: así gana, de vez en cuando, unos pocos euros. Ambos viven con sus madres. Llevan dos años juntos y están enamorados, tanto que incluso acuden a rodar una película porno, con la que ganar dinero rápido. También les acompañamos en sus momentos de ocio, cuando hacen botellón en un polígono industrial y usan las aplicaciones de sus smartphones. Pero todo ello bañado del pesimismo y desencanto que sufren tantos jóvenes hoy en España, sobre los que planea la sombras de la apatía, la derrota o la búsqueda de -posibles- soluciones en la emigración.

Esta coproducción hispano-francesa de 600.000 euros de presupuesto (sin contar copias ni publicidad) supone, tras el experimento que fue su arriesgado film anterior -Sueño y silencio-, algo así como una claudicación de Rosales, que ha optado por una narrativa más clásica y estándar. Por otra parte, el cineasta ha contado con la colaboración del especialista en porno Torbe y de un equipo que ha elaborado los planos en los que se usan aplicaciones de teléfono móvil.

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