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CANNES 2014 Competición

Viaje a Sils Maria: influencia del vacío y serpiente cósmica

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- CANNES 2014: Olivier Assayas presenta un ambicioso relato de fascinación que mezcla el alba y el crepúsculo, la ficción y la realidad, a Juliette Binoche y a Kristen Stewart

Viaje a Sils Maria: influencia del vacío y serpiente cósmica

Existe un fenómeno meteorológico extraño y premonitorio del mal tiempo en el valle suizo de Engadina, una nube nacida del aire húmedo de los lagos que invade poco a poco todo el valle: la serpiente de Maloja. La sigue un viento igual de inexplicable, un soplo característico de la noche que, sin embargo, se manifiesta en pleno día. Ese es el núcleo, el marco principal y el movimiento subyacente de la profunda Viaje a Sils Maria [+lee también:
tráiler
entrevista: Charles Gillibert
entrevista: Olivier Assayas
ficha de la película
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, dirigida por Olivier Assayas y encargada de cerrar el cupo de las 18 películas presentadas a concurso en el 67º Festival de Cannes. La cinta opone y fusiona con inteligencia pasado y presente, madurez y juventud, celebridad y aislamiento, ficción y realidad, modernidad y clasicismo, y trabaja de maravilla y con una delicadeza zen los conceptos de ambivalencia y falsas apariencias, a imagen y semejanza de sus dos actrices principales: un icono del cine de autor francés como Juliette Binoche y una celebridad entre las generaciones jóvenes de Estados Unidos como Kristen Stewart. A esto habría que sumar otra clave interpretativa para una cincelada en la frontera mágica que separa la superficie del mundo y sus corrientes invisibles, esto es, el pueblo de Sils María, que se encuentra situado en un majestuoso panorama montañoso y le inspiró a Nietzche el concepto de un movimiento cíclico como el eterno retorno.

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A raíz de la muerte del director de teatro Wilhelm Melchior, que la descubrió cuando ella no tenía más que 18 años, la ya veterana actriz Maria Enders (Binoche) iniciará un perturbador viaje hacia su pasado a partir de un espejo repugnante de su propio presente. Es en el tren que la lleva a Zúrich, donde tiene previsto recibir un homenaje por su antiguo trabajo en Pigmalión, cuando le informan de su muerte brutal. Acompañada por su asistente personal, Valentine (Stewart), la estrella no puede escapar de los recuerdos y las miradas a los 20 años pasados, menos aún cuando le proponen volver a interpretar la obra de teatro original pero cambiando de papel, encarnando, en esta ocasión, a una mujer que emprende el camino hacia el suicidio, fascinada de su propia caída. La actriz se aislará unos meses en la casa del difunto para trabajar el texto con una Valentine que hará las veces de replicante. Poco a poco, la realidad de las dos mujeres se verá atrapada por la ficción de la obra teatral, al tiempo que en el horizonte aparece cada vez con mayor presencia la futura compañera en el escenario de Maria, la joven promesa de blockbusters Jo-Ann Ellis (Chloë Grace Moretz), una trepa que manipula a su antojo su propia imagen y los escándalos de la prensa rosa.

A la sombra tutelar de Bergman y Antonioni, Olivier Assayas consigue con Viaje a Sils Maria ofrecer un film roído sordamente por el dúo formado por Eros y Tánatos que flirtea con una violencia reprimida y domesticada. El director mueve hábilmente los hilos de un guion de triple fondo y precipita a sus personajes hacia un reflejo de ellos mismos en el que a veces pueden llegar a perderse o, incluso, a desaparecer. Aunque la emergencia en la narración de la duplicidad de los intérpretes de Hollywood con sus producciones de superhéroes (y su "psicología de cómic") y sus estratagemas para monopolizar la atención terminan llevando en su parte final a la cinta por vericuetos un poco menos atractivos, Sils Maria constituye incontestablemente una inmersión apasionante en el juego y en la vida, una amalgama elegante y de múltiples capas que se doblan sobre sí mismas hasta obligar a considerar las apariencias desde puntos de vista inéditos y a descubrir que el otro también es nosotros mismos.

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(Traducción del francés)

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