02/06/2014 - Promocionada como la primera película interactiva y transmedia, se presenta en Nocturna una cinta que promete experiencias adicionales a la proyección habitual

Tras su paso por el Nocturna, este film acudirá al festival de Huesca y previamente estuvo presente en el III Festival de Cine Fantástico Europeo de Murcia y en la última edición de Gijón: allí el público del teatro Jovellanos pudo participar activamente de esta experiencia a través del uso del móvil y la tablet con conexión a internet. Vamos, que, por una vez, es conveniente y recomendable tener encendido el aparato dentro de la sala.

El proceso es sencillo: el público debe descargarse previamente una aplicación (Panzer movie) que se pondrá en marcha al comienzo de la película, sincronizada con ésta. Según se va desarrollando la acción, el espectador podrá acceder a contenidos extras (de unos doce minutos de duración en total) a través de su smartphone: secuencias distintas, perspectivas diferentes, ángulos alternativos, planos subjetivos, documentación extra, juegos, un cómic y hasta la posibilidad de cambiar el final; de hecho, cuando, concluida la película, se encienden las luces de la sala, aquélla continúa en el soporte tecnológico portátil.

Según sus responsables, la productora Silencio Rodamos (en coproducción con Filmutea y con la participación de Kanzaman), Panzer chocolate es pionera en una nueva forma de disfrutar y consumir cine, que hará las delicias de las nuevas generaciones, adictas a las pantallitas. Supone el debut en la dirección de largometraje del hasta ahora cortometrajista Robert Figueras (también coproductor aquí), que ha puesto en imágenes un guión escrito por él mismo junto a Gemma Dunjo y Pep Garrido, y que un reparto de jóvenes actores, secundados por la veterana Geraldine Chaplin, interpretan con más o menos entereza y en inglés, dado el ambicioso carácter internacional de la producción, que aspira a conquistar mercados de varios continentes.

El argumento nos muestra a unos arqueólogos en busca de obras de arte robadas por los nazis, quienes encuentran una base clandestina en los Pirineos, custodiada por un ser diabólico, bestial y ultra violento que les complicará terminar con éxito la aventura. Un argumento algo disparatado que intenta aunar elementos atractivos, con gancho y misteriosos pero que termina cayendo en el tópico y lo conocido, eso sí, sin descuidar el ingrediente gore. A nivel artístico, pues, la película no aporta mucho, sólo habrá que saber si el público potencial -según sus responsables, chicos y chicas de entre 16 y 24 años- va a apreciar esta novedad, lo que lleva a cuestionarnos si éste es el futuro del cine o simplemente un intento más de explorar nuevas vías comerciales.

Quizás la terrorífica Panzer chocolate sirva de prueba y en caso de éxito, las películas en este nuevo formato aporten algo más interesante que un final extra de cinco minutos. El tiempo dirá... de momento se puede ver este título dentro de la sección no competitiva Panorama.