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BRUSSELS FILM FESTIVAL 2014

De caballos y hombres: Amor y muerte en el campo islandés

por 

- El primer largometraje de Benedikt Erlingsson es una obra original, divertida y a veces cruel

De caballos y hombres: Amor y muerte en el campo islandés
Ingvar Eggert Sigurdsson en De caballos y hombres

Un semental monta una yegua mientras el amo de ésta, que permanece sentado sobre ella, se queda petrificado por la humillación. Esta imagen, que en algunos países es el póster de la película, es sólo una de las muchas escenas sorprendentes e icónicas de De caballos y hombres [+lee también:
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(Of Horses and Men), brillante debut del islandés Benedikt Erlingsson. A este original, divertido y de alguna manera cruel largometrajes, representante de su país en la categoría de mejor película en lengua no inglesa de los Oscar, que recientemente se ha proclamado ganador del Festival de Cine de Bruselas y ha participado en la competición del Festival Internacional de Cine de Transilvania, no le faltan precisamente escenas para el recuerdo: un viejo borracho que lleva a su caballo dentro del mar hasta un barco lleno de vodka, un joven que se refugia en el vientre de su caballo para protegerse de una tormenta de nieve o el ojo azul de un caballo de raza que mira directamente a la cámara.

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Por todos lados y en todo momento: caballos. Como sugiere el título, De caballos y hombres se centra en la relación entre el hombre y el animal. La estructura de la película se divide en varias historias que se entrecruzan, presentadas por el detalle de un ojo ecuestre. Nos encontramos en el campo volcánico de Islandia, donde las casas están separadas por centenares de metros. Hay de todo en estas pequeñas historias: amor y muerte, sexo y rivalidad, humor negro y drama. La gente se estudia desde la distancia con prismáticos. Una discusión entre campesinos puede tener consecuencias trágicas. La pasión se lleva todo por delante, con cuidado de que el caballo no se escape.

No abundan los diálogos en la obra de Erlingsson. La cámara se recrea en los caballos: el pelo donde son acariciados, las orejas donde se susurra y los ya mencionados ojos, en los que se refleja el hombre (que con frecuencia tiene instintos más salvajes). Los personajes femeninos son auténticas amazonas. El hilo conductor de todas las historias - la relación que nace entre Kolbein (Ingvar Eggert Sigurdsson) y Solveig (Charlotte Boving) – se mueve porque la mujer decide tomar el control. Los sobrios paisajes proporcionan un escenario majestuoso pero que no interfiere con la historia. Un debut muy prometedor para Erlingsson, más conocido hasta ahora como actor (formaba parte del reparto de El jefe de todo esto [+lee también:
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ficha de la película
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, de Lars von Trier), un apasionado de los caballos y del arte de narrar con influencias de Boccaccio y pulcros encuadres.

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(Traducción del italiano)

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