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SAN SEBASTIÁN 2014 Competición

Un viaje melancólico al Eden

por 

- Mia Hansen-Løve, proyectado en la competición oficial por la Concha de Oro de San Sebastián tras su paso por Toronto, abarca 20 años de la vida de un DJ parisino

Un viaje melancólico al Eden

El cuarto largometraje de Mia Hansen-Løve, Eden [+lee también:
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, proyectado en la competición oficial del festival de cine de San Sebastián tras su estreno mundial en Toronto, es indudablemente su trabajo más satisfactorio y también el menos contenido a nivel emocional de su filmografía. La cinta, que abarca 20 años en la vida de un DJ parisino, es un drama reflexivo, melancólico y elegante ambientado en el universo de la música electrónica.

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La película abre el telón en 1992, cuando Paul (Félix de Givry) es todavía un alumno universitario que frecuenta la escena electrónica de París y aspira a convertirse un día en un DJ. Por aquel entonces, crea un dúo de garage (un subgénero de música house que gozó de una breve popularidad) llamado Cheers con su amigo Stan (Hugo Conzelmann, visto en Después de mayo [+lee también:
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) y ambos empiezan a tocar en locales junto con artistas como Daft Punk, que saltarían al estrellato pocos años después. Hansen-Løve, sin embargo, se centra en aquellos que no lo consiguieron.

Paul quiere producir música y vivir la vida de DJ. Aunque no recibe la aprobación verbal de su preocupada madre, ésta lo ayuda económicamente cuando Paul debe lidiar con las demandas permanentemente cambiantes de la escena musical, con el hábito de consumir cocaína, con la muerte de un amigo cercano y con el desfile de novias, entre las que se encuentra la neoyorquina Julia (especie de semicameo de Greta Gerwig) y la complicada e intermitente Louise (Pauline Etienne, más conocida por su papel en La religiosa [+lee también:
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).

En la cúspide de su breve popularidad, Cheers consigue tocar en Nueva York, en un tramo de película de lo más atractivo, en el que se da una pelea dolorosamente realista entre Paul y Louise después de visitar a Julia, que ahora está embarazada y vive con su novio. Tras una sesión en vivo en el legendario PS1 del MoMA, todo empieza a ir cuesta abajo y sin frenos.

Hansen-Løve explora en detalle y con una empatía poco habitual en su filmografía anterior la lucha del protagonista por ganarse la vida haciendo lo que le gusta. Se trata de un asunto con el que la mayoría de los jóvenes europeos de clase media puede sentirse identificado, y, aunque la directora sigue conteniéndose significativamente a la hora de hacer uso de cualquier tipo de sentimentalismo (lo que resultaba casi brutalmente obvio en Primer amor [+lee también:
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), el largo viaje que emprende con sus personajes muestra una faceta suya mucho más sensible.

A pesar de sus 131 minutos de duración, la cinta no parece comprimida ni indulgente y da al público el tiempo y el espacio mental suficientes para conocer en profundidad a Paul, que de Givry encarna con realismo y gran consciencia de las características tanto del personaje como del universo que habita, si bien la escena de la música house en París no es más que el trasfondo en el que se desarrolla una historia que resultará tan auténtica al público docto en materia como a aquellos que no sientan predilección por esta forma de vida.

El diseño de producción de Anna Falguères (Our Children [+lee también:
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) y el vestuario de Judy Shrewsbury (colaboradora habitual de Claire Denis) reconstruye este mundo con gran detalle, aunque la parte del león a la hora de celebrar la claridad de la expresión de la idea que la directora tenía en la cabeza va para el fotógrafo Denis Lenoir (que también ha trabajado en Still Alice). El montaje de esta historia enrevesada y extensa es obra de la editora habitual de Hansen-Løve, Marion Monnier.

Eden es una producción de CG Cinema cuyas ventas internacionales administra Kinology.

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(Traducción del inglés)

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