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FESTIVALES España

Rastros de sándalo: buscando a Sita desesperadamente

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- Se presenta en Valladolid la quinta película de ficción de la catalana María Ripoll, un drama fraternal filmado por un equipo mayoritariamente femenino en Bombay y Barcelona

Rastros de sándalo: buscando a Sita desesperadamente

Tras rodar el webdoc Cromosoma cinco, María Ripoll retoma la ficción con Rastros de sándalo [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, acompañada de un equipo con fuerte presencia de mujeres y cuyas actrices principales son Nandita Das y Aina Clotet. El film se presenta, tras obtener el Premio del Público del festival de Montreal 14, en la Sección Oficial -fuera de concurso- de la 59 Seminci - Semana de Cine de Valladolid. De nuevo en su carrera, la infancia es protagonista, así como la búsqueda y el encuentro. En este caso la acción comienza en la India, donde vemos cómo una cría llamada Mina transporta un cántaro de agua hasta su humilde casa. Allí, varias mujeres están ayudando a dar a luz a su madre, que morirá a continuación. Esas mismas señoras, que maldicen el nacimiento de otra niña en ese hogar, intentarán ahogar al bebé, pero Mina lo salvará y se convertirá en la protectora de la pequeña Sita.

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Cuando ambas niñas son vendidas, la mayor es destinada a un prostíbulo y la menor recogida (¿o comprada?) por unas monjas. Mina logra huir del lupanar donde iba a ser explotada sexualmente y encuentra cobijo, trabajando como criada (o esclava, pues no cobra por su trabajo) para una familia rica. Pero nunca, jamás, olvidará a su hermanita Sita, y hará todo lo posible por encontrarla.

Así no sólo comienza Rastros de sándalo -primer proyecto de la productora Pontas Films,que comercializa mundialmente Imagina International Sales- sino también la película que dentro de esta película sirve de macguffin a un drama que habla de búsquedas, no sólo del ser querido perdido, sino de la propia identidad cuando es cuestionada por el destino, pues la propia Sita tendrá que lidiar con una nueva identidad, lo que no es sencillo de aceptar, sobre todo cuando tu mundo es diametralmente opuesto al que, de repente, se te plantea como originario.

Ripoll no ha querido hacer un drama descarnado sobre la situación de la mujer en la India, aunque en la primera parte vemos cómo son allí explotadas; asimismo tampoco incide en el lado pobre del país asiático, simplemente da unas pinceladas, pues ha optado por resaltar su lado más alegre, esperanzador y colorista a través de las películas de Bollywood que aparecen en la trama. Tampoco ha querido hurgar en el escabroso tema de las adopciones ilegales y la compra-venta de bebés a cargo de órdenes religiosas, otro peliagudo asunto que aquí queda sólo esbozado; o en qué significa ser unos buenos padres, reducido a apenas unas líneas de diálogo; conflictos todos ellos que habrían dado más profundidad a esta bienintencionada pero light y emotiva película.

La directora ha decidido así centrar su film -basado en el libro homónimo, firmado (junto a Asha Miró) por la autora del guión y productora: Anna Soler-Pont- en la búsqueda como gran metáfora de lo que sucede cuando te cuestionas tu acomodada y segura vida, y lo difícil que resulta romper con ello para abrazar una realidad personal nueva, aceptando así, poco a poco, otra cultura diferente a aquella en la que has crecido.

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