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BLACK NIGHTS 2014 Competición

Yvone Kane: el pasado es un país extraño

por 

- La directora Margarida Cardoso y la actriz Beatriz Batarda juntas de nuevo en un drama familiar de contornos políticos y rodado en África

Yvone Kane: el pasado es un país extraño
Beatriz Batarda en una escena de Yvone Kane

En su nueva película, Yvone Kane [+lee también:
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ficha de la película
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, la directora portuguesa Margarida Cardoso vuelve a África para contar la historia de dos mujeres atormentadas por fantasmas de la muerte. Y, partiendo de ellas, imagina también la historia de un país imaginario, asombrado por su historia poscolonial.

Las dos mujeres son madre y hija, pero son también un ejemplo de cómo los lazos de sangre no siempre significan cercanía emocional. Sara (interpretada por la veterana actriz brasileña Irene Ravache) es una médica blanca, antigua guerrillera, que luchó y apoyó una revolución Africana en todo parecida a la revolución Cubana. Su amiga Yvone Kane es un Che Guevara femenino local, por supuesto mitificada tras su asesinato. El compromiso político de Sara le ha costado su vida familiar tradicional. Envió sus hijos a Portugal y en África se quedó desde entonces. Hoy su lucha no es política; es un cáncer terminal. Su hija Rita (la portuguesa Beatriz Batarda) es una periodista que va a investigar la muerte de Yvone Kane. Para eso, vuelve al país de su infancia y a la casa de su madre. Si el fantasma de la muerte eminente paira sobre Sara; sobre Rita paira el fantasma de la muerte reciente de su hija.

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Partiendo de estas historias personales, Cardoso –que también firmó el guión de la película– decidió no centrarse exclusivamente en un drama familiar femenino y feminista. Su objetivo es más amplio: componer, como si de un puzzle se tratara, fragmentos de un país sin nombre, también él asombrado por la muerte y por el legado de la guerra.

De ese legado queda la fractura entre los locales y los colonizadores, queda el racismo y queda la imposibilidad de una integración plena, de lo que el personaje de Sara es el ejemplo más claro. Es el retrato de un país que se puede leer como un espejo de las tragedias humanas y de sus superaciones posibles, que Cardoso filma con fascinación pero también guardando una cierta distancia; una distancia que se revela eficaz para enseñar el sentimiento de extrañeza y asombro de los personajes y, consecuentemente, del espectador.

Como A Costa dos Murmúrios, que en 2004 ya había reunido el dúo Cardoso-Batarda, Yvone Kane fue mayoritariamente rodada en Mozambique. Allí, la cuidada fotografía de João Ribeiro sacó partido de los paisajes y de los ambientes, captando su belleza y subrayando sus contornos más trágicos. El ejemplo más flagrante de eso es el hotel donde el personaje de Rita se instala hacia el final de película; todo él símbolo del despojo y la reconstrucción.

Yvone Kane es una coproducción entre Portugal (Filmes do Tejo II) y Brasil (MPC & Associados). Tras el estreno mundial en verano, en una proyección especial en la Fundación Gulbenlkian, en Lisboa, Yvone Kane se presentó la semana pasada a concurso en el Black Nights Film Festival, en Tallin. Dentro de días se podrá ver en el 18° Festival de Cine Luso-Brasileño de Santa Maria da Feira. La distribución comercial en las salas portuguesas está prevista para febrero de 2015.

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