16/03/2015 - El pasado viernes, Ginebra acogió la ceremonia de entrega de los segundos galardones del séptimo arte helvético, equivalentes a los Goya en el país centroeuropeo

Los ganadores de los premios del cine suizo

Desde el 2013, el prestigioso premio del cine suizo, organizado por el ministerio de cultura helvético en asociación con la SRG SSR y la asociación “Quartz” y en colaboración con Swiss Films, la academia del cine suizo y las Jornadas de Soleura, va alternando ciudad de acogida: cuando no es la capital romanda, es Zúrich. La idea nació de la intención de crear un auténtico puente entre estas dos regiones emblemáticas de la producción cinematográfica suiza, unidas desgraciadamente en contadas ocasiones. Así, el enclave privilegiado de este acontecimiento en el que se reagrupa lo mejor del séptimo arte helvético ha sido el sugerente Bâtiment des Forces Motrices.

Once eran las categorías en que competían un total de 21 películas propuestas (nuevamente) durante la “semana de las nominaciones”. Esta semana no es sólo una vitrina para las producciones más relevantes de los últimos doce meses (el conjunto de películas nominadas se han proyectado entre los días 9 y 15 de marzo en las salas de Cinémas du Grütli de Ginebra y ell Fimpodium de Zúrich), sino también un lugar de encuentro en el que discutir con los protagonistas del cine suizo. Especial atención suscitaron las clases magistrales de Stina Werenfels y Bruno Deville. 

Después de todo, la gran ganadora de la noche fue The Circle [+lee también:
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entrevista: Stefan Haupt
ficha de la película], de Stefan Haupt, candidata suiza al Oscar. Esta ficción documental se adjudicó los cuatro premios a los que optaba: mejor película de ficción, mejor guion (que comparten el director, Christian Felix, Ivan Madeo y Urs Frey), mejor interpretación masculina (que fue para la Schooting Star 2015 Sven Schelker) y mejor actor de reparto (para Peter Jecklin). Más inesperada fue la consecución por parte del intrigante documental de Marcel Gisler Electroboy [+lee también:
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ficha de la película] de dos premios Quartz: el de mejor documental y el de mejor montaje (Thomas Bachmann). La gran favorita de este año, Chrieg [+lee también:
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entrevista: Simon Jaquemet
ficha de la película], de Simon Jaquemet, se tuvo que contentar con un solo premio (de los cinco a los que optaba): el de mejor fotografía, recogido por Lorenz Merz.

La romanda Pause [+lee también:
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ficha de la película], de Mathieu Urfer, no logró el premio a la mejor película de ficción pero sí el de mejor banda sonora, compuesta por el propio Urfer en compañía de Ariel García, Marcin de Morsier y John Woolloff. La intrigante Sabine Timoteo recibió, a su vez, el galardón a la mejor actriz por su conmovedor papel en Driften [+lee también:
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ficha de la película], de Karim Patwa. En lo que concierne al cine de animación, Timber, de Nils Hedinger, se llevó el gato al agua, mientras que mejor cortometraje fue nombrado Discipline, de Christophe M. Saber, que competía, entre otros, con Tišina Mujo, de Ursula Meier. La academia del cine suizo decidió conceder este año el premio especial de la institución al director de fotografía Patrick Lindermaier, cuya magnífica mirada ha sabido iluminar multitud de películas helvéticas, como L’expérience Blocher [+lee también:
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ficha de la película], de Jean Stéphane Bron, o La gran noticia [+lee también:
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entrevista: Lionel Baier
festival scope
ficha de la película], de Lionel Baier. Dulcis in fundo, el histórico realizador franco-suizo Jean Luc Godard se adjudicó el premio de honor en reconocimiento a toda su trayectoria profesional.

(Traducción del italiano)