True Love Ways: La secuestré porque era mía
por Jon Arozamena
- La película alemana del suizo Mathieu Seiler revisita las figuras del revenge killer y la femme fatale en competición en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Bruselas
La película alemana del director suizo Mathieu Seiler, True Love Ways [+lee también:
tráiler
ficha de la película], ha figurado entre las obras encargadas de dar el pistoletazo de salida a la competición internacional de la 33ª edición del BIFFF Festival Internacional de Cine Fantástico de Bruselas, que ha comenzado la semana pasada y finalizará el próximo 19 de abril.
La película sigue los pasos de una joven (Anna Hausburg) que, acechada por un inquietante sueño recurrente, decide tomarse unos días de descanso alejada de su novio Tom. Sin embargo, Tom (Kai Michael Müller) no se muestra del todo dispuesto y, en un hitckcockiano giro de la trama, se asocia con un extraño que se ofrece a organizar un falso secuestro, que debería servir para convertirle en el héroe salvador de la damisela en apuros.
Con un claro homenaje a la estética de la Nouvelle Vague, a lo que se suma un cierto halo del primer Polanski, la película impresiona, primero, con su imponente blanco y negro, y engancha, después, con su cuidada transición de inicial retrato intimista de pareja en crisis a macabra persecución del gato y el ratón, en donde la perseguida es una joven que “osó” abandonar a su novio durante unos días y los cazadores, un grupo de hombres de negro con pocos escrúpulos y una perversa afición al gore.
La violencia y la sangre van in crescendo a medida que la ¿dulce? Severine (¿alguien dijo Belle de Jour de Buñuel?) toma conciencia de las amenazas que se ciernen sobre ella y actúa en (sangrienta) consecuencia. Sin abandonar nunca el tono sensual que impregna todo el metraje, Seiler empuja a la sólo en apariencia naíf Severine a reinventarse, hacha en mano, en trasunto de implacable revenge killer.
El film, producido por Grand Hôtel Pictures, Klusfilm Berlin y ARRI Film & TV Services, consigue mantener un sugerente halo de misterio a pesar de no hacer asco alguno al humor, en ocasiones grotesco, que aseguran, tanto al espectador familiarizado con el género como al que no, un más que disfrutable entretenimiento, además de una sugerente y original revisitación del clásico mito del pelele y la (letal) femme fatale.
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