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CANNES 2015 Apertura

La Tête haute: "¡Toma la mano que te tendemos!"

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- CANNES 2015: Emmanuelle Bercot inaugura el 68º festival de Cannes con una película social extremadamente dinámica, emocionante y con unas interpretaciones sobresalientes

La Tête haute: "¡Toma la mano que te tendemos!"
Rod Paradot y Sara Forestier en La Tête haute

Juventud y delincuencia son a menudo los ingredientes de la miel envenenada que aparece en los medios de comunicación, que la aderezan agridulcemente con polémicas caricaturescas e impactantes alrededor de las raíces del mal y los posibles remedios. Al abordar este tema de sociedad en La Tête haute [+lee también:
tráiler
entrevista: Emmanuelle Bercot
ficha de la película
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, película de apertura, fuera de competición del 68º festival de Cannes, la directora francesa Emmanuelle Bercot se exponía a numerosos escollos simplificadores y melodramáticos. Sin embargo, con flexibilidad, una gran destreza, un poco de justicia y grandes dosis de energía, la cineasta consigue sobrevolar los obstáculos, propulsada por el gran trabajo de un reparto de excepción, en el que explota una revelación, Rod Paradot, secundado maravillosamente bien por Catherine Deneuve y Benoît Magimel

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"Desde que sabe andar, es un delincuente. Creo que he hecho un monstruo". En la oficina de la juez de protección infantil (Deneuve), una madre (Sara Forestier) habla de su hijo de 15 años de edad, que ríe para sus adentros tras haber robado un coche para dar una vuelta en la ciudad de Dunkerque, en el norte de Francia, al ritmo del rap Assassin de la police. Cabe señalar, ante todo, que los tres personajes presentes en la habitación ya se habían encontrado diez años antes, como mostró el prólogo, cuando la juez subrayó la necesidad de retirar al niño de la custodia de una madre irresponsable. El tiempo no ha arreglado nada: Malony (Paradot) se ha convertido en un bala perdida, un adolescente provocador sometido a una tensión extrema, con arrebatos de violencia, completamente fracasado a nivel escolar, rebelde contra toda regla y toda autoridad y totalmente impermeable a la percepción de las consecuencias de sus actos. Pronto tendrá 16 años y, a este paso, lo único que le espera es la prisión. Puesto a disposición judicial y flanqueado por Yann, su nuevo educador (Magimel), pasará seis meses en un centro de reinserción situado en el campo. Comienza aquí un trabajo muy difícil ("dejad de llevarme a lugares raros que me vuelven loco", "no tengo que rendir cuentas a nadie", "yo no hablo con débiles") para sobreponerse al caos provocado por la falta de afectos y el poder del sentimiento de fracaso programado que han configurado su personalidad. Este recorrido tendrá lugar sobre el filo de la navaja, entrecortado por errores, evasiones, accidentes, decepciones ("vosotros y la educación nacional no tenéis una historia de amor"), enfrentamientos eléctricos con una juez benévola pero estricta ("te damos mucho pero tú no devuelves gran cosa", "ponemos los raíles pero no podemos conducir la locomotora en su lugar"), vínculos frágiles con una joven (Diane Rouxel) y con Yann... Perseguir a los fantasmas del pasado, aprender a comunicar, a querer y a quererse, resultará ser algo muy lejos de ser fácil.

Con La Tête haute, Emmanuelle Bercot logra un buen equilibrio entre el cuadro más próximo a la realidad (el retrato de un joven desfavorecido de la actualidad, el día a día “heroico” de jueces y educadores) y una intensidad cinematográfica apabullante (un ritmo poderoso y un guion eficaz a cargo de la propia directora y de Marcia Romano), jugando sobre todo con el contraste entre la dureza del tema principal y la luminosidad de los exteriores (capturados por el excelente director de fotografía Guillaume Schiffman). A pesar de algunas astucias (una aceleración ligeramente “apañada” de la dramaturgia), la cinta asume totalmente y con éxito su toma de posición a la hora de tratar el mundo de los jóvenes delincuentes sin sobrecargarlo de oscuridad; más bien todo lo contrario: buscando la luz de la esperanza en el futuro. Esta búsqueda del optimismo es también la de una directora que confirma la madurez de su talento y la de un festival de Cannes que se ha atrevido a confiar su apertura (habitualmente dedicada más al glamour) a una obra que alza con firmeza el estandarte de la justicia social.

La Tête haute es una producción de Les Films du Kiosque, que distribuye el 13 de mayo en los cines franceses Wild Bunch. De sus ventas internacionales se encarga Elle Driver.

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(Traducción del francés)

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