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SAN SEBASTIÁN 2015 Competición

Evolution: ¿en busca de una sociedad matriarcal perfecta?

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- SAN SEBASTIÁN 2015: La directora francesa Lucile Hadzihalilovic ha concebido su nueva película como un viaje sensorial, una manera de explorar un territorio desconocido

Evolution: ¿en busca de una sociedad matriarcal perfecta?

He aquí una película muy diferente a lo que hayamos podido ver antes. Los ingredientes son: una puesta en escena cuidadísima que recuerda a la pintura metafísica de Giorgio de Chirico, en océano en su máxima profundidad y una atmósfera muy ansiógena. Evolution [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, de la francesa Lucile Hadzihalilovic, es un largometraje singular, a caballo entre el thriller y el drama, estrenado en el 40º festival de Toronto y presentado a concurso por la Concha de Oro en el 63º festival de cine de San Sebastián.

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Nicolas es un niño de 10 años que vive con su madre en una isla lejana habitada únicamente por mujeres y adolescentes. En un hospital junto al océano, se les somete a un extraño tratamiento médico. El niño, ni siquiera aún adolescente, empieza a preguntarse qué ocurre a su alrededor, hasta que se da cuenta de que su madre lo miente. De noche, en la playa, las habitantes de la isla se reúnen. Nicolas está decidido a descubrir qué traman. Así empieza una pesadilla en la que nuestro pequeño héroe se verá cada vez más atrapado, si bien contará con la ayuda de una aliada inesperada, la joven enfermera Stella.

Como en su última película, Innocence (con una Marion Cotillard sublime haciendo las veces de Mademoiselle Eva), en la que los niños se preguntaban qué iba a pasar cuando se hicieran mayores, en esta película, el niño protagonista está atormentado y siente la necesidad de saber qué será de él cuando sea adulto.

Lucile Hadzihalilovic afirma haber concebido Evolution como un viaje sensorial, como una manera de explorar un terreno desconocido (por mucho que haya tirado de su propia infancia para presentar ciertos elementos de la película, como los paisajes áridos y el hospital construido al estilo de los años 60). Una reflexión personal sobre la vida y el mundo la ha llevado a crear esta comunidad aparentemente idílica, constituida únicamente por mujeres (portadoras de vida) y sus hijos, y a volverla una pesadilla. En la cinta resuenan los temas que la obsesionan: hacerse adulto, la sensación de ahogo en un ambiente en apariencia amable, la condición femenina…

Los ruidos y el sonido desempeñan un papel particular en esta historia, así como el agua (a menudo terreno de juego para los críos pero, aquí, un medio complicado con el que mantienen una relación tenebrosa). Evolution tiene, de hecho, muy pocos diálogos, invitando así al espectador a entrar en este cuento onírico y a integrarse en sus vericuetos para comprenderlo. Es el espectador quien debe reunir las piezas de este puzzle enigmático y melancólico.

Aunque el tema tratado sea a priori interesante y original, y a pesar de la belleza inaudita de los ralentís y los paisajes volcánicos de Lanzarote (rememorando una especie de erotismo naíf), la película carece de ritmo y diálogos y algunas de sus imágenes son tan brutalmente realistas que obligan a cerrar los ojos algunos segundos. Evolution, cuyas ventas internacionales administra Wild Bunch, es ante todo una peregrinación sensorial, una aventura.

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(Traducción del francés)

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