26/10/2015 - Elio Germano y Astrid Bergès-Frisbey son los protagonistas de lo nuevo de Claudio Cupellini, una coproducción italo-francesa presentada en la Festa del Cinema di Roma

Una historia de amor, soledad, ambición y sangre, a medio camino entre la fábula y la tragedia, es lo que nos propone Claudio Cupellini con su nueva película Alaska [+lee también:
tráiler
ficha de la película], tercer y último título de ficción programado en la selección oficial de la 10ª Festa del Cinema di Roma. El recorrido que llevan a cabo los dos protagonistas enamorados (Elio Germano y la franco-española Astrid Bergès-Frisbey) tiene cierto toque épico, dada la cantidad de obstáculos que deben afrontar en su camino hacia la felicidad, desde París a Milán, a través de detenciones, accidentes y peleas, impulsados por una pasión visceral. Dos personajes desesperados, frágiles y al mismo tiempo determinados, guiados por un instinto que los lleva a cometer muchos errores y, por tanto, a ser humanos.

 

Todo comienza en la terraza de un hotel de cinco estrellas en París. Nadine está fumando un cigarrillo en bañador. Acaba de hacer una prueba de modelo. Fausto trabaja en el hotel de camarero y le propone enseñarle la suite más cara. En ese momento, sin embargo, está ocupada. Llegan los primeros problemas: Fausto se da de puñetazos con el cliente que regresa inesperadamente a la habitación y acaba en la cárcel. Es sólo el primero de muchos episodios perturbadores que protagonizarán estas dos almas perdidas, desarraigadas y en cierto modo alocadas, inundadas de vida, emociones y dinero. La desenfrenada ambición de Fausto, de hecho, es crear problemas a la pareja reunida en Milán, romper su pacto de confianza. ¿Cómo fiarse de un hombre que, por una inversión insegura, se apodera de todos tus ahorros sin pedírtelo siquiera?

 

Los altibajos se sucederán para uno y para otro en un desequilibrio constante (“a mí me van bien las cosas porque a ti te van mal”, dice Nadine). Ella se convierte en una modelo solicitadísima mientras él está en la cárcel; él abre una discoteca de éxito mientras ella está inmóvil en una cama de hospital. Sus papeles se invierten continuamente hasta el final. Sus emociones son a menudo incómodas y suponen obstáculos en su ascenso social. Se dejarán y se reencontrarán siempre porque uno es reflejo del otro. “Nuestro objetivo era hacer una película potentemente emotiva y romántica”, ha aclarado Cupellini, que firma el guion con Filippo Gravino y Guido Iuculano. “Todos los personajes tienen algo shakespeariano porque son inarmónicos, desbordantes de vida y listos para cualquier cosa”, observa Germano. ¿Qué les hace felices: el amor o el dinero? Esto parece preguntarse esta película pasional, estomacal, cuya acción transcurre a lo largo de cinco años, con elipsis y personajes secundarios perfectamente funcionales (Valerio Binasco encarna al socio de Fausto, Elena Radonicich a su rica prometida…). También es un relato de formación en el que, a pesar de la circularidad de su final, se llega a él muy cambiado con respecto a la manera en que lo comenzamos.

 

Esta coproducción italo-francesa (Indiana Production, Rai Cinema, 2.4.7. Films) se rodó en gran parte en Alto Adige con el apoyo de la BLS. Alaska llegará a los cines italianos el 5 de noviembre de la mano de 01.

 

(Traducción del italiano)