09/06/2016 - La comedia de Igor Cobileanski retrata a dos personajes muy diferentes que están desesperados por conseguir dinero fácil

Director de una serie de cortos con millones de visitas en YouTube, Igor Cobileanski debutó con el drama The Unsaved [+lee también:
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ficha de la película], coescrito junto a Corneliu Porumboiu, y en 2016 vuelve a sus raíces cómicas con la road movie Eastern Business [+lee también:
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ficha de la película], que se proyectó en la competición Romanian Days del 15º Festival Internacional de Cine de Transilvania (27 de mayo-5 de junio, Cluj-Napoca).

Coproducción entre Rumanía y Lituania, Eastern Business fue concebida como una historia moldava, pero como la industria cinematográfica local todavía está pasando por dificultades y la fundación de un centro nacional de cine está ahora paralizada, el largo se rodó en Rumanía. La historia gira en torno a Marian (Constantin Puşcaşu), un tímido cantante de un coro provinciano y símbolo de todos los hombres buenos que son incapaces de cumplir sus sueños, aunque estén decididos a seguir las reglas.

Deseando casarse con su novia, Veronica, y llevar una vida acomodada, Marian decide comenzar un negocio. Entonces conoce a Pietro (Ion Sapdaru), un hombre de recursos pero algo turbio, y Marian se verá envuelto en tratos que requerirán mucha improvisación, una pizca de mala suerte, un golpe de buena suerte y algunas incursiones al otro lado de la ley.

Aunque deja la impresión de una sucesión de cortos rodados independientemente y unificados por los dos protagonistas, Eastern Business tiene tanto humor como alma, y puede ofrecer a los espectadores una buena dosis de carcajadas. Marian es un personaje luminoso, todo un monumento al sentido común y las buenas intenciones que tiene que apañárselas con compañeros inferiores. Siempre fuera de lugar en la larga serie de trapicheos, de los que siempre sale estafado uno de los "hombres de negocios", Marian representa la normalidad en un mundo absurdo y anormal en el que el dinero y el poder son las únicas razones para vivir. 

El excelente oído de Cobileanski para los diálogos convincentes, naturales, puede resultar un atractivo para los espectadores rumanos y moldavos, pero probablemente se perderá, en cierta medida, en la traducción a otras lenguas.

(Traducción del inglés)