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MÁLAGA 2017

No sé decir adiós: viaje a ninguna parte

por 

- Lino Escalera presenta en el 20º Festival de Málaga su dura, emotiva y certera película sobre una huida inútil de un padre y su hija

No sé decir adiós: viaje a ninguna parte
Juan Diego y Nathalie Poza en No sé decir adiós

Podemos esquivar los problemas, las relaciones y los compromisos, pero cuando llega la muerte, ésta nos encuentra y atrapa, allá donde estemos. A partir de esta premisa, la ópera prima de Lino Escalera, No sé decir adiós [+lee también:
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, construye -con la ayuda inmensa de un guion soberbio firmado por Pablo Remón (Cinco metros cuadrados [+lee también:
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) un film denso, profundo y emocionante sobre la familia, el peso del pasado y los mecanismos de (in)comunicación. La película se ha presentado en la sección oficial a concurso del 20º Festival de Málaga – Cine en español, y sería altamente improbable que el equipo, perfectamente sincronizado, de esta película no se fuera de la bella ciudad mediterránea sin uno o varios premios.

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El elenco es de primera división, reuniendo a tres generaciones: desde la veteranía incombustible del siempre creíble Juan Diego, pasando por dos actrices en la plenitud de su madurez -Lola Dueñas y Nathalie Poza- hasta la energía de los que están llegando a este exigente oficio, representado por el catalán Oriol Plá y el malagueño Emilio Palacios (que ya nos sorprendió en papeles importantes en Los héroes del mal [+lee también:
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y Rumbos [+lee también:
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). Sobre todos ellos, especialmente los tres primeros, recae la responsabilidad de ponerle carne y carácter a unos personajes dibujados por Remón con una precisión milimétrica, roles que se describen desde la primera secuencia en que aparecen: con sus gestos, sus miradas, sus palabras y, sobre todo, sus silencios. Lo que se callan, ocultan y esquivan resulta tan elocuente como las palabras, no siempre las más adecuadas para cada situación (la torpeza humana tiene estos caprichos), que salen de sus bocas. Ahí la dirección de actores a cargo de Escalera, que se ha formado en esta disciplina con el maestro Fernando Piernas, ha jugado una baza fundamental.

Pues ese padre con dos hijas -y una madre ausente- forman una familia herida desde hace años. Y aquella brecha sigue supurando sangre. Pero ha llegado el momento de cicatrizarla, o al menos de intentarlo, aunque nadie aquí es un cirujano capaz de poner fin a aquel derrame de dolor. Mas el tiempo corre, la muerte acecha y algo habrá que hacer, aunque sea seguir huyendo. De todo esto habla el complejo guión de este No sé decir adiós que Lino Escalera ha sabido trasladar a imágenes bien planificadas en encuadre, composición, música y color, adheridas a esas emociones soterradas, ambiguas y muy reconocibles que Pablo Remón ha (d)escrito.

En fin, un estimulante debut -donde no falta, a pesar de lo dramático de las situaciones, el humor inoportuno que brota en los momentos más críticos- que algunos vaticinan que acabará el año próximo reconocido con nominación a los Goya en la categoría de dirección novel. Lo que sí se puede asegurar desde ya es que este film deja poso y el espectador vuelve a pensar en él, en sus temas y en sus personajes, días después de su emotiva contemplación, que no es poco.

No sé decir adiós es una producción de Lolita Films, Mediaevs y Whiteleaf Producciones. La distribuye en España Súper 8 y se encarga de sus ventas Inside Content.

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