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MÁLAGA 2017

Brava: rumbo hacia el lado oscuro

por 

- Roser Aguilar ha tenido el valor de contar, en su segunda película, cómo un hecho violento cambia el rumbo de la acomodada vida de una mujer, llevándola por senderos turbios e inesperados

Brava: rumbo hacia el lado oscuro
Laia Marull en Brava

No es fácil entender a Janine, la protagonista de Brava [+lee también:
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, segundo largometraje de Roser Aguilar, que se ha estrenado mundialmente en el 20º Festival de Málaga – Cine en Español generando cierta inquietud, discusión y rechazo. La cineasta catalana logró con su ópera prima, Lo mejor de mí [+lee también:
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, la selección en Locarno, donde su protagonista Marian Álvarez (que ha pasado por Málaga para presentar La niebla y la doncella [+lee también:
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) obtuvo el Leopardo de Plata a la mejor actriz del certamen.

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Otra intérprete todo terreno, Laia Marull, sobre quien recae todo el peso del conflicto desmenuzado en Brava, carga con un personaje tan complejo, ambiguo, roto y duro como el de Nathalie Poza en No sé decir adiós [+lee también:
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: tal vez, entre ellas se produzca el duelo por la Biznaga de Plata a la mejor actriz de este festival malagueño. La ganadora de tres Goya (por Fugitivas, Te doy mis ojos y Pa negre [+lee también:
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) encarna en Brava a una mujer de posición social solvente, con estables vida laboral y pareja, ambas aquejadas de rutina. Una noche, volviendo a casa, presencia cómo dos jóvenes molestan a una señora. Valiente, Janine les llama la atención y los chavales detienen su acción, pero luego la siguen y es ella quien sufre el ataque violento… hasta que deciden, otra vez, cambiar de víctima.

¿Qué haríamos cada uno de nosotros ante una situación tan terrible como la que se muestra en este film? ¿Huir, enfrentarnos, jugarnos la vida…? Aguilar y su compañero en la escritura de guión, Alejandro Hernández (Caníbal [+lee también:
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), han decidido que acompañemos a la protagonista en su peregrinaje en busca de una salida a aquel golpe. Y ese periplo resulta, como poco, angustioso.

Roser, sin subrayar o enfatizar, de forma elegante, estética y reposada, a base de un seguimiento al personaje suave y cadencioso, nos ha conducido hasta ese abismo al que se precipita el rol de Marull: tras el shock, viene el huída, pero ¿de qué? Esa ambigüedad, ese no saber hacia dónde va esa mujer vapuleada, desconcierta e incomoda, logrando a veces el desapego del espectador, que, aquejado del “síndrome de la razón necesaria”, busca explicaciones lógicas a actitudes dañadas, enfermas o, simplemente, opuestas al devenir habitual de una persona adulta.

Janine intenta sobrevivir refugiándose en el calor del hogar de su infancia, en la hermosa Costa Brava, pero el miedo, la culpa, el dolor y el caos que la consumen la llevarán hasta un lugar, no precisamente apacible, que no imaginaba. Roser Aguilar, apostando por un dilema moral tan frágil, ha tenido el valor de plantearlo en la pantalla, aunque más de un espectador acabe rechazando una propuesta tan inusual y arriesgada como ésta.

Brava es una producción de Setmàgic Audiovisual, Iberrota Films y TV ON Producciones, con la participación de Televisió de Catalunya (TV3)  y el apoyo de Institut Català de les Empreses Culturals (ICEC), Instituto Valenciano de Cinematografía (IVAC), Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA) y Media Desarrollo. Su agente de ventas es Inside Content.

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