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CANNES 2017 Sesiones especiales

Nos années folles: una doble emancipación

por 

- CANNES 2017: El gran cineasta galo André Téchiné firma una cinta sobre dos personajes históricos sorprendentes que conservan intacta su fuerza

Nos années folles: una doble emancipación
Pierre Deladonchamps y Céline Sallette en Nos années folles

Andre Téchiné estaba bien rodeado en la presentación en Cannes de su último trabajo, Nos années folles [+lee también:
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. Y con razón; el Festival de Cannes ha imbuido de gran pompa la proyección, acompañándola de un conmovedor homenaje a sus 50 años de carrera que ha reunido al autor de La cita, Los ladrones, Los juncos salvajes o Fugitivos (descrito por Thierry Frémaux como “siempre renovado” y a la vez “siempre el mismo”) con sus musas: Catherine Deneuve, Juliette Binoche, Isabelle Huppert, Emmanuelle Béart... La última de ellas, Céline Sallette, o más bien las últimas de ellas, pues Pierre Deladonchamps (El desconocido del lago [+lee también:
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) encarna en Nos années folles tanto a Paul Grappe como a su doble femenino, Suzanne, también estaban presentes, acompañando al cineasta en esa emoción agitada que, según él mismo ha confesado, sigue apoderándose de él cada vez que presenta un nuevo film, aunque cuente ya 50 años de trayectoria. 

Téchiné narra, sin cambiar el nombre de los protagonistas, una historia centenaria, respaldada por un buen diseño de vestuario, inicialmente de color “azul horizonte”, ya que Paul Grappe es un soldado que no quiere volver a las trincheras —pues, cuando la Gran Guerra no mata, puede mutilar terriblemente el cuerpo tras numerosos trances y reenvíos al frente—. El fondo de armario de Paul se llena rápidamente de tejidos ligeros y colores vivos, salidos de un número de cabaret: la estratagema que se le ocurre a su adorada mujer Louise (Sallette), empleada en un taller de moda, para que no tenga que esconderse en cuanto que desertor es vestirle de mujer, una identidad que Paul/Suzanne no solo consigue asumir plenamente, sino que disfruta sin complejos, por la noche en el Bosque de Boulogne, por dinero, convirtiéndole tras su amnistía en una pequeña celebridad, un pionero incluso, en el entorno en que se mueve, marcado por una cierta fluidez sexual.

Sin embargo, la mayor libertad de la película no es la de Paul/Suzanne, que embriaga sus sentidos y exulta en los juegos de identidad y seducción ligados al travestismo, sino la de Louise, cuyo cuerpo él adora al comienzo del film, pero al cual presta menos atención una vez que él mismo se convierte en mujer (mientras que ella se convierte en la madre del hijo de ambos). A través de la posición de Louise, Téchiné se complace en describir el sentimiento de amor absoluto, capaz de promover una aceptación tan completa del otro, a pesar de su deserción (de su pareja/familia) y de sus infidelidades. “Le quiero tal y como es”, dice además Louise en cierto punto, confirmando con sus palabras lo que revelan cada uno de sus gestos. La emancipada, al final, es ella, pues actúa sin ningún egoísmo, guiada solo por su amor, sean cuales sean las circunstancias a las que deba enfrentarse para hacerlo triunfar, pase lo que pase.

Nos années folles es una cinta vital, rotunda y bastante moderna sobre dos personajes históricos sorprendentes, encarnados con energía y confianza por dos actores que encajan a la perfección en sus roles. Producida y distribuida en Francia por ARP Sélection, la película es vendida internacionalmente por Celluloid Dreams.

(Traducción del francés)

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