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CANNES 2017 Sesiones especiales

12 jours: el juez y el "loco"

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- CANNES 2017: Raymond Depardon firma un nuevo documental en el que reflexiona sobre el cara a cara entre la justicia y los hospitalizados a la fuerza

12 jours: el juez y el "loco"

Los representantes de la ley tratan de penetrar en la bruma eléctrica de la mente y evaluar su densidad para decidir si se le concede o no la libertad a individuos hospitalizados en psiquiatría sin su consentimiento: tal es el tema de 12 jours [+lee también:
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]
, el nuevo documental del veterano Raymond Depardon —cuyo dominio del género es patente (Reporters, Délits flagrants o Profils paysans : La vie moderne [+lee también:
crítica
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ficha de la película
]
, por citar solo algunos de sus trabajos)—, que ha sido presentado en una sesión especial de la Selección Oficial del 70º Festival de Cannes

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Cada año 92.000 personas son ingresadas a la fuerza en Francia. Pero, desde una ley promulgada en 2013, deben ser presentados antes de 12 días, y luego cada seis meses si fuera necesario, ante un juez de libertades y prisión, encargado de verificar la regularidad del procedimiento y de aprobar o no la continuidad de la hospitalización. Se trata de un cara a cara muy particular: el juez no cuenta con formación sanitaria (aunque dispone de informes clínicos), y ante él o ella comparecen personas con problemas psicológicos (acompañadas de un abogado), con las cuales debe establecer un diálogo que puede resultar muy delicado, según la profundidad de los problemas que padezcan.

Diez hospitalizados a la fuerza (elegidos a lo largo de 72 sesiones grabadas), cuatro jueces y tres cámaras (una dirigida al paciente, otra al magistrado y la tercera capturando un plano general, a fin de no establecer un punto de vista dominante): este es el dispositivo empleado por Depardon para reflexionar sobre esta situación y dejar que el espectador se forme una opinión personal. Esta simple observación, que crea de manera inevitable un efecto polarizante entre una racionalidad más o menos enfática y una irracionalidad de grado variable, permite medir la dificultad del trabajo del juez (que casi siempre debe tomar una decisión inmediata), pero sobre todo supone la oportunidad de dar la palabra a individuos que el resto del tiempo deambulan ociosos por los pasillos y los patios enrejados de la institución (localizaciones que vemos entre los fragmentos de audiencias, al ritmo de la bellísima música de Alexandre Desplat).

A un tiempo fascinante y conmovedora, esta verbalización de la interioridad de los pacientes siempre acaba evidenciando sus problemas, aunque intenten enmascararlos, y eso sin hablar de dos casos pasmosos, turbadores, de delirio muy avanzado. Unos retratos rápidos, de una gran humanidad y respetuosos con la dignidad, que permiten atisbar la violencia de los sentimientos de persecución, de la paranoia, la esquizofrenia, los impulsos suicidas, las consecuencias del acoso en el trabajo o de la separación forzada de un progenitor o un hijo, las tendencias a la mutilación, etc. Sopesando, en nombre de la sociedad, la peligrosidad para sí mismos o para los demás de estos pacientes, con los que deben establecer el diálogo con paciencia y eficacia (y entre los cuales figura un asesino), los jueces afrontan la fragilidad humana y la finísima línea que a veces separa la razón y la sinrazón; y, a pesar de todo, ciertas verdades traspasan la niebla más densa. 

12 jours, producido por Palmeraie et Désert, tiene a Wild Bunch como representante de ventas.

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(Traducción del francés)

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