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BERLINALE 2018 Generation

Crítica: Allons enfants

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- BERLÍN 2018: El segundo largo del francés Stéphane Demoustier es una notable odisea claustrofóbica por las calles de Paris desde los ojos de un niño perdido

Crítica: Allons enfants
Cléo Demoustier en Allons enfants

En la competición Generation del Festival de Berlín se estrenó una de las pequeñas joyas del certamen alemán. Tras su debut Terre battue [+lee también:
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(presentado en la Semana Internacional de la Crítica del Festival de Venecia de 2014), el cineasta francés Stéphane Demoustier nos sorprendió con Allons enfants [+lee también:
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, otro drama familiar, aunque, en esta ocasión, el núcleo de la familia se reduce a dos miembros. Concretamente, dos hermanos (de entre tres y cinco años) que serán separados traumáticamente.

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El breve prólogo de Allons enfants nos sitúa en un parque concurrido donde los pequeños se divierten jugando al escondite. Su niñera de avanzada edad (Elsa Wolliaston) no puede participar en el juego debido a su cojera. Pese a su discapacidad, la mujer hace todo lo posible para seguir sus pasos, observándolos a distancia desde un banco. Pero sus esfuerzos no son suficientes porque Cléo y Paul están tan entregados en el juego que se alejan demasiado. Los pequeños se esconderán tan bien que nunca podrán volver a encontrarse. Tras perderse, los hermanos tomarán caminos distintos. Paul irá en busca de la niñera. En cambio, Cléo deambulará sola por las calles y jardines de Paris completamente desorientada. A partir de ese momento, la trama de Allons enfants se duplica. Una cámara seguirá a Cléo, y otra a Paul.

Allons enfants es una odisea traumática experimentada a través de los ojos de un niño. Cabe destacar que la cámara siempre se sitúa a la altura de sus protagonistas, excepto cuando éstos –sobre todo Cléo– interactúan con personas adultas. Stéphane Demoustier sólo utiliza planos medios o generales cuando los pequeños comparten el espacio con mayores que en mayor o menor grado son importantes para el devenir de la trama. En este sentido, la disposición de la cámara es el elemento que genera una mayor sensación de ansiedad en la película, al tratarse del ángulo indicado para desarrollar un relato subjetivo desde la mirada perdida de un niño de poco más de tres años.

Llegados al ecuador del film, la aparición del personaje de Louise (interpretado por Vimala Pons) robará todo el protagonismo de los pequeños héroes. Cuando Cléo se ponga a jugar con la primera desconocida que encuentre, ya no habrá marcha atrás para Louise. En un principio, Stéphane Demoustier nos hace creer que ha introducido el personaje de Louise para minimizar la tragedia. Pues, ella es la única persona que puede llevar a Cléo con su hermano, su niñera, o sus padres (quienes permanecen siempre en fuera de campo). Pero eso no será posible porque los policías del parque y los militares que se pasean con armas semiautomáticas por la alerta terrorista tienen prohibido abandonar sus puestos, incluso para ayudar a Louise. De este modo, cuando los mayores empiezan a participar en el drama y los niños se sitúen en un segundo plano de la acción, la película se convierte en un incómodo cuento moral sobre el egoísmo de los adultos.

Allons enfants ha sido producida por las compañías francesas Année Zéro y Tripode Productions. Stray Dogs se encarga de las ventas al extranjero.

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