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PELÍCULAS Francia

Crítica: La Belle et la Belle

por 

- Sophie Fillières mezcla realismo y fantasía en una obra lúdica interpretada por Sandrine Kiberlain y Agathe Bonitzer

Crítica: La Belle et la Belle
Sandrine Kiberlain y Agathe Bonitzer en La Belle et la Belle

Sophie Fillières invita al espectador a abrir la mente y a usar la imaginación para apreciar su nuevo largometraje, La Belle et la Belle [+lee también:
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. La realizadora camufla su intención bajo una apariencia lúdica y consolida, en su sexta obra, su singularidad y su delicadeza para tratar temas profundos, como ya demostró en Aïe (fuera de competición en Locarno  en 2000), Gentille (en Toronto en 2005), Un chat un chat [+lee también:
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(Forum de la Berlinale 2009) o Arrête ou je continue [+lee también:
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(Panorama de la Berlinale 2014).

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Esta vez, va más allá, puesto que las dos heroínas de su película (interpretadas por Sandrine Kiberlain y Agathe Bonitzer) son la misma mujer en diferentes etapas de su vida (45 años y 25 años), un personaje desdoblado que se cruza en el mismo espacio-tiempo. Un concepto que parece ciencia-ficción pero que Sophie Fillières trata de manera hiperrealista, como una especie de fantasía banalizada. En este espejo “mágico”, una ve en quién se convertirá y la otra ve quién era; y ambas obtienen herramientas para cambiar lo que son.   

Con este planteamiento, la realizadora pone en perspectiva la impulsividad de la juventud (la joven Margaux es promiscua, y a veces ladrona, sabe que lo que hace no tiene importancia) y los cuestionamientos de la madurez (la Margaux de la madurez oscila entre los deseos amorosos y la soledad; ve aparecer la sombra de la muerte en su entorno: “Tiene miedo de no llorar o de llorar demasiado”). La doble protagonista gira en torno a dos personajes que ejercen de pívots: la amiga de juventud Esther (Lucie Desclozeaux) y el amante-amor (Melvil Poupaud) de las dos Margaux.  

Con este encuentro imposible entre el pasado y el futuro, entre un recuerdo de sí misma dando motivos para iniciar una terapia psicológica y una proyección de sí misma que parece alimentada por las predicciones de una vidente, Sophie Fillières (que ha escrito el guión) se divierte jugando con los elementos cómicos de esta situación (“tenía miedo de no reconocerte”). La delicadeza es el punto fuerte de la película pero también es su talón de Aquiles, ya que nada parece tener consecuencias en este juego de reflejos, de sueños premonitorios y de posibles retornos bajo otra apariencia. Esto diluye progresivamente el interés inicial por el concepto, sin restar gracia a la maestría de la cineasta y de sus actrices.

La Belle et la Belle ha sido producida por Christmas in July, mientras que Indie Sales gestiona los derechos internacionales. Memento Films Distribution se encarga de su distribución en Francia.

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(Traducción del francés por Carolina Benítez)

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