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TRIBECA 2018

Crítica: Island of the Hungry Ghosts

por 

- La isla de Navidad acoge este relato de destrucción humana, recién presentado simultáneamente en los festivales de Tribeca y Visions du Réel

Crítica: Island of the Hungry Ghosts

Cuando la luna llena brilla sobre la isla de Navidad, un territorio australiano cercano a la costa de Indonesia, millones de cangrejos se desplazan de la jungla al océano Índico. En Island of the Hungry Ghosts [+lee también:
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, la cineasta australiana Gabrielle Brady emplea esta extraordinaria migración como metáfora de los refugiados estacionados en el limbo de la isla: gente que siempre parece estar moviéndose lateralmente en su intento de encontrar asilo en Australia. Las escenas del ejército de cangrejos atravesando las carreteras están fotografiadas con mucho gusto por Michael Latham (quien ya estuvo detrás de todos los fabulosos documentales de Kitty Green). Y son esas imágenes las que a veces parecen más ficción que documental. La mezcla de estética, asunto, localización y narrativa conforman un eco de Gianfranco Rosi y la obra con la que ganó el Oso de Oro, Fuego en el mar [+lee también:
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. Island of the Hungry Ghosts se ha estrenado a la vez en los festivales de Tribeca y Visions de Réel, donde ha obtenido el Buyens-Chagoll Award (leer más).

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La trama sigue la trayectoria de Poh Lin Lee, una “terapeuta de traumas” que vive con su familia en la isla y habla con los que solicitan asilo y son abandonados en los centros de detención ocultos en la isla. La rígida legislación de fronteras de Australia prohíbe la llegada en barco al país y posterior solicitud del estatus de refugiado. Quienes se aventuran en el viaje son interceptados por los navíos en alta mar y enviados de vuelta al lugar del que vinieron o son llevados a una de las tres islas remotas como detenidos. Vemos algunas conversaciones que Poh Lin mantiene con estos buscadores de asilo, oímos historias extraordinarias, vemos cómo se montó el sistema australiano para mantener a estas personas en un limbo. Son prisioneros en toda regla, salvo en el nombre. La directora también es consciente del hecho de que estas historias corren el peligro de convertirse en ruido blanco, poco más que otra historia sobre refugiados. Con el propósito de evitar el mero desfile de imágenes ya vistas en los medios, Brady hace de la amable Poh Lin el centro de su película. La vemos alejada de su trabajo con los refugiados, caminando por esta isla frondosa y a la vez premonitoria. Aparece fotografiada con una estética de cine de terror. La niebla parece envolver siempre los árboles. Poh Lin también ve cómo los habitantes de la isla llevan a cabo los rituales de “fantasmas hambrientos” a que hace referencia el título: espíritus de sus antepasados que murieron en la isla sin ceremonia. En este presente no deja de haber ecos de este pasado. ¿Están destinados estos demandantes de asilo a convertirse en los nuevos espíritus sin nombre? La desesperación creciente en el rostro de Poh Lin ante las políticas y la deterioración mental de quienes intenta tratar brindan mucha fuerza a esta impactante coproducción entre Gran Bretaña, Alemania y Australia.

BFI presenta Island of the Hungry Ghosts, una producción de Chromosom Filmproduktion en asociación con Third Films, Echotango, Various Films y Gabrielle Brady y en coproducción con WDR.

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(Traducción del inglés)

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