22/02/2006

Llega otro thriller conmovedor e impune crimen dostoevsquiano, tras Match Point de Woody Allen y Una historia de violencia de David Cronenberg, Munich de Steven Spielberg, La cuchilla [+lee también:
tráiler
ficha de la película]de Costa-Gavras y, en Italia, Arrivederci amore, ciao [+lee también:
tráiler
ficha de la película], de Michele Soavi. La nueva aportación a la lista es La terra, de Sergio Rubini, la octava película del director, producida por Fandango en colaboración con Medusa, que se estrenará el 24 de Febrero en 170 salas.

Rubini lo denomina un noir, una historia criminal en el sentido más simple del género, en el que el personaje principal debe resolver un misterio mientras se enfrenta a su pasado. El personaje en cuestión es Luigi (Fabrizio Bentivoglio), un profesor de filosofía de Milán que vuelve a París para visitar a sus tres hermanos (Emilio Solfrizzi, Paolo Briguglia, Massimo Venturiello) y convence al más lastimoso a vender la granja familiar que está en desuso. Pero emergen viejas rencillas y heridas cuando Luigi ve que los tres hermanos están involucrados, cada uno a su manera, en la red que Tonino, el sórdido estafador de préstamos, ha tejido por toda la ciudad.

Una historia universal teñida con los vivos colores del sur italiano. "Dejé Puglia cuando tenía 18 años. Para mí, es un lugar de recuerdos", dijo Rubini. Sin embargo, el thriller grotesco capturado por su cámara es sólo la pretensión de una "sólida idea" que empezó a elaborarse hace 12 años, cuando Rubini se la contó por primera vez al productor Domenico Procacci, también de Puglia. "Quería contar la historia de una família dividida que debe encontrar la harmonía de nuevo, no a través de cosas, sino de emociones. Todos conocemos los devastadores efectos de la propiedad, sabemos cuánto puede dividir, y lo doloroso que puede ser dividir cosas. La harmonía puede conseguirse sólo con dejar que las emociones fluyan, sin el obstáculo de las posesiones, de materiales. Para estos cuatro hermanos, deshacerse de la granja significa dejar marchar una mancha dolorosa, una herida abierta".

Todos los actores están magníficamente dirigidos, pero Rubini se ha dado a sí mismo el rol del estafador de préstamos, una magnífico típo malo: "Procacci me convenció para que interpretase el personaje. Tan enclenque que soy, me arriesgué pareciendo demasiado bueno cuando, en realidad, tenía que ser malo, y conseguir hacer a la gente feliz con mi muerte".

(Traducción del italiano)