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CANNES 2006 Semana de la Crítica / Francia

Nocturnes pour le roi de Rome : la incandescencia de las imágenes

por 

Jean-Charles Fitoussi no es un desconocido en el paisaje cinematográfico francés. Su primer largometraje de ficción salido en el 2003 Les jours où je n'existais pas, una fábula lacónica y encantadora que cuenta la historia de un hombre que solo vivía un día sobre dos, había sido muy apreciada. Presentado en el Festival de Cannes a la iniciativa de La Semana de la Crítica, en una nueva categoría llamada "imágenes en libertad", su segundo largometraje Nocturnes pour le roi de Rome fue rodado entre junio y octubre del 2005 en Roma por intermedio de un teléfono portátil, mientras que es pensionista en la Villa Médicis (la residencia de artista más importante instaurada por el Estado francés). A pesar de que no es la primera vez que un realizador se sirve de esta tecnología para hacer una película, es la primera vez que un cineasta se apodera de esta tecnología porque su proyecto encuentra sentido y forma.

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Nocturnes pour le roi de Rome no pone en la pantalla a personajes sino una voz off. Vieja y usada, a la tonalidad un poco extranjera, cuenta: un músico vuelve a Roma atormentado por los lugares que conoció para componer Nocturnos para el Rey. ¿Cuál rey? La historia no lo dice y este Nocturnes se basa en el silencio, de la noche, de reminiscencias, todo lo que yace entre lo real y nosotros, el grosor de los recuerdos. Lentas secuencias, a las imágenes muy saturadas, vienen a suministrar a la pantalla formas fantásticas, imágenes próximas de la abstracción o de la pintura, imágenes casi indescifrables parecen surgir de otra parte, allí donde nacen los fantasmas, como una de sus primeras frases lo anuncia: "cuando pasó el puente, los fantasmas vinieron a su encuentro." Allí, en esta materia cinematográfica tejida de músicas e imágenes evanescentes, toma forma una meditación trastornadora sobre la memoria. A partir de un recuerdo de una mujer, una mujer amada, una mujer desaparecida, en estos lugares detenidamente mirados, una historia se reconstruye. Y cuando la muerte lo espera, el viejo músico se maravilla: "todo es perfecto" dice. La película evoluciona de un extremo al otro en esta gracia.

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(Traducción del francés)

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