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VENECIA 2008 Horizontes / Italia

Machismo y homofobia en el debut de Locatelli

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Mirko Locatelli, director milanés bastante conocido por varios mediometrajes (sobre todo el documental Crisalidi), debuta en el largometraje con Il primo giorno d’inverno, en estreno mundial en el Festival de Venecia, en la sección Horizontes.

El protagonista de la película es Valerio (Mattia De Gasperis, visto en Come prima, del mismo realizador), un adolescente esquivo que sufre la arrogancia cotidiana de sus compañeros de clase y de natación Daniele y Matteo (Alberto Gerundo y Andrea Semeghini). No obstante, los dos tienen un secreto que ocultar – su virilidad depende de ello – y cuando la víctima lo descubra, los papeles se invertirán.

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“Quise hablar de la soledad de un joven que no logra integrarse en el grupo”, explica el director, que analiza aquí “un problema muy común: la homofobia. Quería romper el estereotipo que asocia las violentas peleas en los institutos al hormigón de las periferias metropolitanas”. Por ello, la cinta – rodada con cámara digital y fotografiada por Ugo Carlevaro (con numerosos planos secuencia) – está ambientada en los agrestes paisajes de la provincia lombarda.

“Me gusta el cine de los hermanos Dardenne, sobre todo Rosetta, que es una Mouchette moderna”, prosigue el autor, haciendo alusión a la obra maestra de Robert Bresson que bien puede haber sido su fuente de inspiración para el dramático final: “Pero me gustan muchos otros cineastas franceses: Techiné, Assayas, Ozon”.

A pesar de la irregularidad de las interpretaciones y de un guión un poco ingenuo (es una pena que el realizador no haya sabido dosificar la obsesión de Valerio por la perfección física, que sin embargo es uno de los detalles más útiles para describir la psicología del personaje), Il primo giorno d’inverno sugiere bien la atmósfera de sensualidad reprimida en la piscina e insufla cierta emoción a la relación del protagonista con su hermana menor. Y aunque algunas escenas sean poco plausibles (la persecución en motocicleta), De Gasperis convence a menudo, con una dicción voluntariamente imperfecta que se confunde a veces con el ruido de fondo, ya que el filme se ha rodado con sonido directo, lo que le confiere una frescura buscada.

La cinta, producida por el propio Locatelli por medio de su sociedad Officina Film (fundada con su combativa mujer y coguionista Giuditta Tarantelli), tardó tres años en realizarse, con ayuda también de los fondos de la compañía Debeb Media, de Piero De Vecchi. Por el momento no ha encontrado distribuidor.

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(Traducción del italiano)

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