1971, el conflicto en Irlanda del Norte está escalando hacia una guerra civil. El joven recluta inglés Gary es requerido para tomar cartas en Belfast. La situación en la ciudad es confusa y desafiante, incluso para experimentados mandos militares. La ciudad se divide entre áreas protestantes “leales” y católicas “hostiles”. Ambas partes tienen unidades paramilitares; además, bandas callejeras radicales y agentes de paisano de ambos lados intentan adjuntar sus intereses como decisión propia. Durante una patrulla, los soldados se ven envueltos en un altercado y uno de ellos pierde su arma. Gary y un compañero soldado siguen al ladrón, que desaparece entre la multitud. De repente, Gary tiene que arreglárselas él solo en medio del territorio enemigo. El viaje de vuelta a su base esa noche es una odisea repleta de incertidumbre, miedo y desesperación.