Las morrenas frontales del Uckermark ha mantenido ocupado por décadas a Volker Koepp. Luego de su película socio-histórica Uckermarck, ahora se dedica todavía con más intensidad en Landstück para llevar la experiencia sensorial de esta región casi deshabitada y de una ecología fascinante que está entre Berlín y el Mar Báltico. El viento que crea ondas en las aguas del pantano, las copas de los árboles que se mecen y los campos de maíz son como una estimulación a centrar la mirada en la esencia de esta extensión de tierra. Cuando tanto los lugareños como los visitantes elogian con entusiasmo los campos de alfalfa que impiden la desertificación, pero que se ven amenazados por el cultivo convencional, cuando identifican las hierbas silvestres que están en peligro de extinción en un pequeño campo, prueban canónigos, vezas y violetas de campo, la película se convierte en un himno para los que se resisten a la industrialización de la agricultura y la destrucción de los paisajes culturales. Ya sea que la región tenga un 10 % de agricultura orgánica, apicultores locales o los nuevos habitantes de una casa prefabricada de 50 años que miran fascinados a través de la ventana, es el respeto por la naturaleza lo que une a estos vecindarios tan distintos que Koepp muestra en la película.