El Padre Luigi Ciotti siempre viaja con dos libros bajo el hombro: el Nuevo Testamento y la constitución de la república de Italia. Los dos son los instrumentos de “la revolución de conciencias” que él pone en práctica todos los días. Un trabajo constante e incansable destinado a tejer y recomponer las partes sanas de Italia. Una manta de retazos, que une y da fuerza, recordándonos que palabras sobreutilizadas, vaciadas, traicionadas, como justicia, antimafia, instituciones, bienestar, ética, moral, democracia o solidaridad, nos pertenecen y deben recuperar su sentido original. Que es posible, entre todos, repensarlas y reivindicarlas. La coherencia de sus gestos a lo largo de años de grandes cambios políticos, sociales y antropológicos lo convirtieron en uno de los hombres más expuestos y arriesgados del país, en un blanco sensible, en un cura rebelde, en un hereje libre e incansable.