Helga está atrapada en su casa de clase media, literalmente: la mujer de 62 años se cayó al suelo y no se dan cuenta hasta el día siguiente. Pero incluso cuando se libera, sigue atrapada en la rutina. Desde que le dejó su marido, el resentimiento no le permite avanzar. Sin embargo, el limpiador polaco Ryszard aparece como un soplo de aire fresco en su vida. Al principio como confidente y poco después como amante. Pero Helga no puede estar con Ryszard delante de sus amigos, y su recién descubierta libertad pronto amenaza con abandonarla de nuevo.