Durante los primeros años de su vida, Laura García Pérez llamó a la cámara “papá”. Su padre pasaba gran parte del año fuera del país por trabajo, mientras su madre la grababa para que él la viera crecer. Con ella y con su abuela, revisa ahora aquellos vídeos domésticos, así como fotografías de las que ha desaparecido el padre y el diario que su madre escribió en un centro psiquiátrico.