Dario estudia Arquitectura y vive con sus padres como hijo único y mimado. Cuando ellos se van de vacaciones de verano, él decide no unirse, con la esperanza de poder unir fuerzas con sus viejos amigos, en primer lugar Sandro, a quien conoce desde la secundaria. Pero los amigos ya han hecho planes con sus respectivas chicas y Dario, que "está bien solo" y tiene un enamoramiento no correspondido por la provocativa Lara, permanece en la capital. Mientras cocina una triste merluza congelada, se arroja aceite hirviendo y acaba en urgencias donde se encuentra con Caterina, también herida y temporalmente en Roma, esperando regresar a su Rímini natal. Surge una atracción entre los dos, por lo que la elección lógica de Dario sería seguir a Caterina y pasar sus vacaciones con ella en la Riviera Romaña. Pero tendrá que lidiar con su carácter reacio, con el freno de mano siempre puesto y su costumbre de no despertarse a tiempo.