Georgia, otoño de 1991. Toma, un tozudo chico de ciudad de doce años, vive con su abuela en Tiflis. No deja de meterse en líos en el colegio, donde se niega a amedrentarse ante los abusones que se burlan de su afecto por Anana. Entonces, Toma y su abuela reciben la visita de Nemo, el padre de Toma. Toma no guarda recuerdos de Nemo, ya que se fue cuando él tenía solo dos años. Nemo acaba de salir de prisión gracias a una amnistía general con motivo de la independencia de Georgia. Nemo se lleva a Toma a su aldea ancestral en las montañas, desde donde emprenden una partida de caza. Nemo quiere conocer a su hijo y recuperar los años perdidos. Quiere enseñarle lo más importante en la vida: ser independiente. Toma quiere saber por qué su padre estuvo en prisión y, poco a poco, Nemo le cuenta lo que sucedió en las montañas hace una década: cuando Nemo era guardabosques, mató a un hombre. Nemo enseña a Toma a hacer fuego y a manejar un rifle de caza. Con altibajos, Toma empieza a sentir un vínculo con su huraño padre y descubre que se parece más a él de lo que esperaba. Justo cuando Toma está a punto de aceptar de verdad a su padre, dispara accidentalmente a Nemo en lo que parece un accidente de caza en lo alto de las montañas. Nemo muere, y Toma carga ahora con la tarea de sobrevivir y llevar a su padre de vuelta a la aldea. Toma arrastra a su padre por la montaña nevada. Tiene que ahuyentar a los lobos, luchar contra las tormentas de nieve y espantar los demonios que lo visitan en sus pesadillas. Toma acaba refugiándose en un foso trampa, donde los encuentran los aldeanos. Toma se salva, y ha conseguido llevar el cuerpo de su padre de vuelta a la civilización. De regreso al colegio, la actitud de sus abusones —y de Anana— demuestra que Toma ha aprendido las lecciones de su padre.