Durante su anterior rodaje, el realizador encontró un anciano, Issa que lo había albergado a Arlit en Nigeria mientras que iba a Europa. Era hace quince años. Decide entonces seguir al viejo hombre que vuelve una última vez a Arlit para vender su casa. Es la ocasión para el realizador de hacernos descubrir esta ciudad en la frontera con el desierto. Antiguo el dorado y placa giratoria de la región en los años setenta debido a la explotación del uranio por la Cogema, convertida en una ciudad fantasma desde la rebelión tuareg y la salida anunciada de la sociedad francesa, Arlit se transformó también en lugar de tránsito para los trabajadores en salida para Argelia. Esta película pone de relieve también la asombrosa mezcla de poblaciones debida a las capas de migraciones sucesivas que hacen de este lugar un lugar único y mágico.

Selección Festival de Amiens 2004, Festival de Rotterdam 2004, Forum Berlín 2004