1911, Bucarest. Grigore Ursaru es un joven actor de 19 años que, excitado por ese nuevo arte llamado cine, decide convertirse en director para rodar una película llamada La Guerra de la Independencia, que reconstruye la batalla librada por rusos, rumanos y turcos en 1877 y que otorgó la independencia a Rumanía. Para llevar a cabo este ambicioso proyecto que resultará en "la película más larga jamás producida" y "conquistar el mundo", lanzará una campaña ideológica, política e incluso familiar para demostrar que el cine tiene un gran porvenir y que terminará por convertirse en un arte en toda regla. En una sociedad llena de desequilibrios entre la extrema pobreza y la opulencia más exagerada, su proyecto se ve continuamente frenado por la administración local y por los grandes estudios cinematográficos, como Gammoned. A pesar de sus constantes problemas con su padre y de estar enamorado de una mujer superficial y caprichosa, Grigore no dejará que sus sentimientos se interpongan entre él y sus sueños.