Un convoy de soldados rusos se queda atrapado en las montañas de Chechenia, perdido en un territorio hostil y desconocido. A su alrededor, un enemigo escondido llena el aire de explosiones y tiros. El comandante de la guarnición manda al veterano Rubakhin y al joven tirador Vovka a capturar a alguno de los habitantes de la zona que conozca los senderos de montaña y pueda llevar a los hombres a un lugar seguro. Tras un breve tiroteo, los dos hombres capturan a un joven checheno herido que, a pesar de no hablar ruso, parece entender su cometido. En el transcurso de un abrasador día de verano, el disparatado trío tiene que hacerse paso a través de un terreno difícil, viéndose cada uno de sus componentes obligado a mostrar consideración y buena voluntad hacia los demás. Sin embargo, la cercanía de los asentamientos chechenos pronto destruye la complicidad que se había establecido entre los hombres, y el cautivo paga un terrible precio por su papel de salvador.