Simão, un adolescente violento, imprevisible y solitario, se pasa los días de pelea en pelea. Hijo de una rica familia portuguesa disfuncional – sus padres ya no se soportan y su hermano Manuel lo odia y mantiene una relación incestuosa con su madre –, el joven marginal tiene como única confidente a Rita, su hermana de doce años, la única persona que lo acepta e incluso admira su vena alocada. Un día, Rita le enseña a Simão un vídeo de un partido de voleibol de su escuela en el que al chico le llama la atención Teresa, una misteriosa joven considerada por su entorno como loca, y que le fascina de inmediato, llegando a obsesionarlo. Simão sigue los pasos de este personaje fantasmal de carra borrosa al que en principio no ve más que en la sombra o a través de superficies acristaladas. Más tarde descubre su dirección y consigue incluso su número de móvil. Al hilo de sus conversaciones telefónicas, Teresa y Simão se enamoran. El joven marginal cambia: se hace más tranquilo, silencioso, ya casi no habla con Rita, su única confidente, y se pasa el tiempo leyendo “Amor de perdición”, de Camilo Castelo Branco. Por desgracia, los conflictos profesionales entre su padre y el de Teresa – dos abogados rivales – condenan la relación, dando al adolescente nuevas razones para rebelarse.