Abele, director teatral, recibe la tarea por parte de la municipalidad de Trieste de montar una obra teatral sobre el shoah (nombre hebreo para el Holocausto). Renta una sala de ensayos en las afueras de la ciudad y llama, entre otros tantos, a una vieja amiga, Clara, quien años antes había hecho un documental sobre una deportada de Auschwitz, Tosca. El documental es el telón de fondo de la obra. Sin embargo, entre ambos surgen diferencias: mientras Abele trabaja privilegiando el plano objetivo de la historia, Clara prefiere el plano interior y personal de la historia de Tosca. Esta diferencia crea una rivalidad que desemboca en un conflicto tan fuerte sobre el modo de hacer la representación, que Abele no está convencido de seguir adelante con la obra. Cuando la representación teatral se va a realizar en la provincia de Trieste, Clara aprovecha para buscar a una figura del pasado.