11/01/2010

Tras once años y 22 largometrajes, Tesela ha cerrado sus puertas. En ese periodo se ha convertido en una de las productoras independientes más importantes, gracias a títulos como El bola (2000), 7 vírgenes [+lee también:
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ficha de la película] (2004), AzulOscuroCasiNegro [+lee también:
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ficha de la película] (2005) u 8 citas (2008). Pero la historia no se termina aquí. Para el productor José Antonio Félez se trata de “un punto y aparte”, ya que el testigo pasará a manos de Atípica Films.

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“A finales de 2008, Prisa [copropietaria de Tesela] tomó la decisión de apostar sólo por los negocios estratégicos y el cine no estaba entre ellos. Así que en febrero de 2009 les vendí mi participación. Con ellos ha quedado una buena predisposición. Si encontramos algún modo de colaborar, seguro que lo haremos. Fueron muy respetuosos en todo momento. Siempre he podido hacer las películas que he querido, cómo he querido y cuándo he querido”, explica Félez.

Pero ahora toca mirar al futuro: “Estamos intentando levantar Atipica Films. Estoy trabajando en dos sentidos. Por un lado, conseguir un soporte financiero estable para poder seguir haciendo dos películas por año. Por otra parte, estamos involucrados en los nuevos proyectos de Daniel Sánchez Arévalo, que se llama Primos, Alberto Rodríguez y Rodrigo Sorogoyen”.

Tres autores que ya habían trabajado para Tesela, lo cual da la idea de la continuidad: “Creo que Tesela fue una experiencia de éxito y no encuentro razones suficientes para cambiar el modelo. Los principios que alumbraron Tesela siguen siendo válidos para esta nueva etapa”.

Producciones que cuentan con varios rasgos muy claros, como son la variedad (“el último año de producción de Tesela ha dado una buena imagen de lo que ha sido nuestra variedad de planteamientos, con Gordos [+lee también:
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Entrevista a Daniel Sánchez-Arévalo, r…
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ficha de la película]”) o el rechaza por igual del cine de autor que vive de espaldas al público (“Me parece una actitud muy soberbia. Algo que cuesta tanto como el cine no puede permitírselo”) y el comercial (“Me da mucha pena cuando veo películas que parece que no tienen padre”). Para Félez, “es perfectamente compatible hacer una película con un determinado contenido y que llegue al público. Si el cine tiene como objetivo informar a la sociedad de que algo está pasando, tienes que asegurarte de que lo ven”.

Uno de los rasgos principales consiste en “trabajar con directores noveles que además sean guionistas y crear una relación estable con ellos”, como demuestran los casos de Alberto Rodríguez, Achero Mañas, Daniel Sánchez Arévalo o Santi Amodeo. “[La producción de una película] es un trabajo muy peculiar. Tienes una relación muy estrecha, intensa y larga. Establecer una relación en edad adulta siempre cuesta, pero creo que facilita mucho las cosas. Puede funcionar perfectamente como un espejo del otro”.

Félez insiste además en la importancia de la preparación: “Soy totalmente partidario de que las películas se preparen bien, también desde el punto de vista económico. El director debe tener el suficiente tiempo para trabajar con los actores y planificar la película. Siempre existe una parte de imprevistos, pero puede ser un 10-15% de la película. Si el 85-90% restante está planificado, todo va mucho más rápido, todo el mundo sabe dónde tiene que estar. No creo que reste para nada creatividad, sino que al contrario la favorece, ya que permite tener más tiempo en los momentos en que vale la pena buscar algo más”.