25/05/2011 - Tras Shanghai Trance (en competición en Roterdam) y R U There (Un Certain Regard en Cannes en 2010), el director holandés vuelve a China con Club Zeus.

El primer largometraje de David Verbeek, Shanghai Trance, formó parte de la competición oficial del Festival de Rotterdam, mientras que R U There [+lee también:
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entrevista: David Verbeek
ficha de la película], vuelve a Shanghai.

Cineuropa: En esta película vuelves a Shanghai.
David Verbeek:: En realidad, la idea se me ocurrió en Japón. Estaba en el distrito Shinjuki de Tokio, donde abundan los host clubs [n.d.t.: en los cuales jóvenes hombres hacen compañía a mujeres a cambio de dinero]. El director Fow Pyng Hu (Paradise Girls, asistente al director en R U There) me mostró un documental sobre este fenómeno, The Great Happiness Space. Este película fue una auténtica mina de oro de material y creo que arrojaba luz sobre cómo funcionan las grandes ciudades asiáticas. Pero habría sido demasiado caro rodar en Japón, así que busqué una ambientación similar en Shanghai, lo cual no fue muy difícil, ya que las tendencias japonesas son copiadas frecuentemente.

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¿Fuiste a los clubes de la ciudad?
Fui a unos cuantos en compañía de mujeres y hablé con gente del sector. Luego escribí el guión, de unas treinta páginas, en dos semanas. La oportunidad de rodar llegó cuando otro proyecto más grande, R U There, se retrasó durante seis meses. Sentí que tenía que hacer esto ahora, rápidamente y sin salirme del presupuesto. El equipo de Shanghai estaba emocionado porque sentían cercano el proyecto. El rodaje duró nueve días.

¿Por qué son un buen sujeto los host clubs?
Porque podía identificarme con lo que significan tras haber vivido en Shanghai durante tres años y haber tenido novias. Esta película es sobre mi propia vida. Es sobre la verdad contra la mentira y el modo con el que la gente está dispuesta a creer al resto para poner las bases de una relación. El acompañante estrella Sly ha hecho carrera diciendo a la gente lo que quería oír. Al volver tener que explicar su ausencia, la gente no está segura si está mintiendo, es decir, si está trabajando o no. Esto me ha pasado también a mi, no había dinero de por medio, pero puedo identificarme con estos problemas de confianza.

¿Cómo reunisteis la financiación necesaria?
El fondo holandés DKVB nos otorgó 20.000 euros. Luego, se unió al proyecto el productor holandés Raymond van der Kaaij (Revolver Media) y luego lo hizo mi coproductora de R U There, Natacha Devillers, que trabaja en Shanghai. El proceso en sí no llevó más de dos meses.

¿Cómo seleccionaste el reparto?
La gente que me ayudó en Shanghai Trance también lo hizo en este y además fui a Pekín. Lo único que hice fue instalarme en una cafetería y reunirme con unos diez candidatos. Tuve mucha suerte de encontrar a la gente adecuada en tan poco tiempo.

Shanghai Trance fue estrenada en China. ¿Y Club Zeus?
No creo. Es demasiado oscura. El comité de censura quitó 25 minutos de Shanghai Trance, pero en esta, si tienen que eliminar el lado oscuro de la vida en la gran ciudad, no quedará nada. En cualquier caso, fue proyectada en Rotterdam y en el mercado de Cannes, así que tendrá un recorrido internacional.

¿Te sientes un director chino o un director europeo que trabaja en China?
Lo segundo. Películas como Shanghai Trance o esta no son de directores chinos. Tener una cierta distancia para observar el rápido crecimiento de esta ciudad puede ser una ventaja. No hablo mandarín lo suficientemente bien para afinar las interpretaciones. Tengo un traductor que me ayuda. Dicho esto, no tengo que rodar en Asia. De hecho, mi próximo proyecto no está ambientado allí.