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John Michael McDonagh • Director

“Mi indignación es la del protagonista”

por 

- Tras años de ausencia en el mundo del celuloide, John Michael McDonagh presenta El Irlandés, ganadora del premio del público en el festival de Sarajevo.

John Michael McDonagh estrena por fin su primera película como director tras años de ausencia en el mundo del celuloide. Su guión de la película biográfica sobre un famoso bandido australiano llamado Ned Kelly ha sido objeto de numerosas modificaciones que frustrado en gran medida a su autor; mientras tanto, su hermano Martin alcanzó la fama gracias al éxito europeo Escondidos en brujas [+lee también:
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. Ahora, John Michael McDonagh se toma la revancha con El Irlandés [+lee también:
crítica
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entrevista: John Michael McDonagh
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, cinta que ya ha superado la recaudación de Escondidos en Brujas en la taquilla irlandesa. Cineuropa se reunió con el director durante el festival de Sarajevo, donde recibió la mejor valoración de la historia del certamen.

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Cineuropa: Su esposa es productora asociada de la película, al igual que su hermano, quien, además, es guionista y director. ¿Este deseo de cine le viene de familia?
John Michael McDonagh: No. En realidad, el cine últimamente me cabrea bastante, sobre todo en Gran Bretaña, donde cada semana se estrenan películas infumables. No se imagina la frustración que provoca saber que esa gente consigue el dinero para hacer esos bodrios. Esta indignación se encuentra en el personaje de Brendan Gleeson, mi motor principal a lo largo de la escritura. En cualquier caso, mi hermano es más pequeño que yo; es él quien toma mi ejemplo, no al revés [risas].

Tanto el personaje del policía como la película, que gira en torno a él, son de una incorrección política inusitada en el cine europeo. ¿Le costó encontrar financiación debido a este carácter irreverente?
La verdad es que no. Al contrario de lo que pueda parecer, el protagonista de El Irlandés es casi una prostituta que hace todo lo que le ordenan. Hay momentos de pura comedia, otros de acción, de thriller... hay incluso una componente social, como en la mayor parte de las películas británicas. También es una obra nostálgica, algo que suele gustar al público en general y al espectador irlandés en particular. La financiación ya iba por buen camino antes incluso de contar con Brendan Gleeson y Don Cheadle a bordo. Ahora bien, a raíz de la asociación de Don Cheadle con su productora Crescendo, Element Films decidió participar inmediatamente y fueron a buscar el 40% del presupuesto a la Irish Film Board. Yo me había preparado para una larga contienda financiera pero todo fue muy rápido y me permitió reservar grandes dosis de mala leche y de energía para el rodaje.

Pero las cosas se complicaron en el rodaje...
Afronté el rodaje con una paz total y un colchón financiero que nos iba a permitir hacer la película que queríamos. Sin embargo, al llegar a la fase de montaje, las notas, los apuntes y los retoques llegaron de todas partes y es difícil gestionar todo aquello cuando se es el único capitán a bordo hasta el momento: autor y director de la obra al mismo tiempo. Yo no quería cambiar nada porque me encantaba todo lo que habíamos hecho. Había referencias que mis socios no comprendían y me parecía un sacrilegio eliminarlas. Me costó entender que mi película no había de dirigirse a un número reducido de especialistas, sino que se trataba de una comedia negra para el gran público. Esta cinta me enseñará a confiar en este tipo de comentarios. Es la primera vez que uno empieza a sentir una pérdida de control; al principio se antoja una amenaza pero es preciso acostumbrarse: tarde o temprano, la película se te irá de las manos, cuando la vea la gente.

El Irlandés echa por tierra las expectativas del espectador. ¿Era su intención jugar con su público?
Quise hacerles reir tanto como decir a los que se esperaban un Arma letal irlandés que, precisamente, soy irlandés y en mi tierra las cosas las hacemos de forma distinta. En cierto modo sería un déjà-vu ofrecer una de policías en la que dos compañeros se desprecian continuamente y que el agente que debe pedir la identificación es un racista o un psicópata y pone trabas o impide directamente la colaboración. Con todo, estas características no suelen acompañar a un personaje hasta el final de una película. No debo ser el único que padece la frustración que me llevó a hacer El Irlandés, pues la película funciona y la gente se divierte y comprende perfectamente adónde quería llegar.

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