02/11/2012 - Con su primer largometraje, titulado A Month in Thailand y presentado en Venecia, el joven director rumano se distancia del tipo de cine habitual de su país.

Paul Negoescu, nacido en 1984, ha estudiado en la Academia Caragiale de Artes Dramáticas y Cinematografía de Bucarest. Sus cortos Horizon, Derby y Renovation fueron presentados a concurso en Cannes y Berlín y las dos últimas fueron asimismo candidatas a los premios de la Academia de Cine Europeo (EFA) en 2009 y 2011 respectivamente. Su primer largometraje, A Month in Thailand [+lee también:
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entrevista: Paul Negoescu
ficha de la película], fue proyectado como parte de la Semana Internacional de la Crítica de Venecia. Además, Negoescu es el productor y director artístico del certamen Timishort.

Cineuropa: ¿Es difícil hacer una ópera prima en Rumanía?
Paul Negoescu: No fue nada fácil. La financiación fue complicada y se completó justo antes de que comenzase el rodaje. Durante mucho tiempo no tenía ni idea de qué presupuesto tenía. Y he tenido suerte, ya que he podido estrenar un largometraje con sólo 27 años. El presupuesto se completó gracias a la ayuda de gente a las que gustaron mis cortos. Si no hubiese hechos esos cortos, habría sido imposible hacer el largometraje. Creo que financiar A Month in Thailand ha sido difícil, pero para otros compañeros que no han tenido mi suerte ha sido aún más complicado. El reglamento del Centro Nacional de Cine no fomenta la entrada de nuevos talentos en absoluto.

A Month in Thailand es distinta del resto de películas rumanas. ¿De qué modo crees que se integra en el paisaje cinematográfico rumano?
Creo que la novedad reside en el tema de la película, los jóvenes. Ha habido algunas películas rumanas con personajes jóvenes, pero no han sido bien acogidas por el público y la crítica. En este caso la diferencia es que formo parte de esa generación y estoy más cercano a su realidad que esos directores. No sólo yo, el equipo de este proyecto al completo es muy joven. Es una película hecha por jóvenes, sobre jóvenes y para jóvenes. Muchos aficionados al cine rechazan las películas rumanas nuevas porque las ven muy oscuras y ancladas en el pasado. Pueden relajarse, porque A Month in Thailand es muy distinta.

¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes de hacer cine en Rumanía?
Las ventajas son económicas. Sigue siendo barato hacer cine en Rumanía, pero hay otros países donde es aún más barato. Pero en Rumanía es posible encontrar profesionales experimentados y no hay sindicatos. En cuanto a la producción, rodar en Rumanía es rentable. Pero, por otro lado, la legislación no anima a que los productores hagan aquí sus películas, como hacen otros países a través de subvenciones para atraer producciones extranjeras. Solicitar algo tan sencillo como una autorización para rodar en la calle es difícil y caro. Y para las películas rumanas, estar rodadas en rumano complica su salida al extranjero. No quiero ni siquiera abordar el tema de la falta de infraestructuras para la distribución de cine en Rumanía.

Si tuvieses diez millones de euros, ¿qué película harías?
No puedo ni imaginar que alguien me diese diez millones de euros y me dejase rodar lo que quisiese. Posiblemente no la haría en Rumanía. Hay pocas posibilidades de que una película rumana, rodada en romano, sea distribuida en el extranjero sin haber logrado un éxito enorme en festivales. La idea de hacer una película comercial en Rumanía parece absurda, teniendo en cuenta los pocos cines a disposición para su estreno doméstico.

¿Estás trabajando en algún proyecto nuevo? ¿Estás escribiendo un nuevo guión?
Acabo de terminar el rodaje de un nuevo corto en Sarajevo. Es la segunda parte de una trilogía sobre el agua que empecé con Horizon. Espero hacer la última parte el año que viene en Alemania. Aún no he pensado en mi nuevo largo, estoy buscando historias. Siento curiosidad ante la acogida de A Month in Thailand en Rumanía. Si no tiene éxito, significa que no se puede hacer una película comercial en Rumanía y mi siguiente proyecto será más radical.