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Marie Amachoukeli, Claire Burger y Samuel Theis • Directores

“Nuestra película es pudorosa"

por 

- CANNES 2014: Cineuropa ha hablado con los cineastas franceses Marie Amachoukeli, Claire Burger y Samuel Theis sobre su película Mil noches, una boda, que se ha llevado la Cámara de Oro

Marie Amachoukeli, Claire Burger y Samuel Theis  • Directores

Escribir y realizar una película a seis manos ha sido la bonita idea del trío de directores formado por Marie Amachoukeli, Claire Burger y Samuel Theis, que se ha llevado a cabo en Mil noches, una boda [+lee también:
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, presentada en el Un Certain Regard del 67º Festival de Cannes, vencedora de la Cámara de Oro y de un premio al equipo, a todas luces, un pertinente reconocimiento.

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Cineuropa: ¿Cómo nació la idea de Mil noches, una boda?
Samuel Theis:
La idea nació hace más o menos cuatro años, llegó en varias etapas. Hace falta saber que los tres somos amigos desde hace tiempo. Esta intimidad de 15 años, la habíamos puesto a prueba en el trabajo primero colaborando en el cortometraje de fin de estudios de Claire (Burger) en la Femis, que se titulaba Forbach y que había sido seleccionada en la Cinéfondation. El corto estaba ya basado en Angélique y mi familia. Nos permitió ver que había en ella un verdadero potencial de actores a explotar. Como en el corto, es un elemento real de la vida de mi madre el punto de partida de esta historia: el matrimonio en el que se embarcó casi a los 60 años aunque no estuviese enamorada. Este acto se preguntaba sobre cómo, cuando se ha pasado toda la vida en plena noche, se puede encontrar la puerta de salida...

Este material autobigráfico es tan bello como frágil. ¿Os ha dado alas o, al contrario, pesaba como una responsabilidad suplementaria en la realización de su primera película?
Marie Amachoukeli:
El hecho de ser tres crea el equilibrio y una serie de barreras de contención que nos pone a cada uno en lugares diferentes, para no caer nunca en la autobiografía lacrimógena y complaciente.
Samuel Theis: Sabíamos desde el principio que queríamos hacer una ficción, una película que quizá flirtearía con ciertos aspectos del documental, pero que nunca sería una autobiografía pura. Eso deja un poco más de margen a la historia y nos protege a nosotros, a Angélique y a todo el mundo.

Y sin embargo han sabido mantener la autenticidad cerca de la no-interpretación de sus actores. ¿Cómo han trabajado con ellos?
Claire Burger:
No habíamos puesto a prueba absolutamente nada. Es eso lo que era angustioso, y esta incógnita formó parte de la aventura. Sabíamos lo que queríamos, siguiendo un itinerario que habíamos escrito. Nos lanzamos con los actores, esperando siempre que se produjera la química, pero nunca estábamos seguros. Hiciéramos lo que hiciéramos, siempre se producía, pero nunca donde la esperábamos. Era sorprendente, a veces desconcertante, porque revelaba verdaderos sentimientos que debíamos concentrarnos en capturar sin salir de la historia.
Marie Amachoukeli: La película no está improvisada. Está muy escrita, incluso aunque haya sido necesario hacerla capaz de acoger lo que los actores proponían, de darse cuenta de que, quizá, era más interesante que lo que habíamos previsto, y que hacía falta ajustar, reescribir permanentemente, para ir siempre en la dirección de la historia y respetar nuestros personajes y sus propias palabras.

Los territorios interiores y exteriores que filman no son corrientes en el cine. ¿Piensan que todos los territorios son potencialmente cinematográficos?
Claire Burger
: Absolutamente, y es una noción un poco olvidada, sobre la que haría falta volver. Cuanto más particular se es, menos miedo se tiene de la originalidad, y además tengo la impresión de que podemos dirigirlo al número de espectadores más grande. Que la gente tenga un acento lorenés no significa que la película vaya a ser regionalista.
Samuel Theis: Efectivamente, la historia, la misma propuesta, se mantiene muy singular, y el tema de las fronteras y la región transpira en numerosos puntos: en la mezcla de idiomas, en la musicalidad y también en los paisajes, las caras, incluso los tatuajes...
Marie Amachoukeli: No es fácil filmar una frontera. Siempre podemos filmar un cartel, pero es artificial. Hace falta hacer esta línea invisible transparante para que la cámara la pueda captar.

La noche se relaciona con el sexo, pero la película, al igual que Angélique, es muy pudorosa. ¿Por qué este acercamiento?
Samuel Theis:
Primero, porque Angélique es muy pudorosa. Después, creo que era divertido en términos de narración jugar con lo contrario de lo que esperamos de la noche. No es llevar atuendos sexys de medianoche a las 6 de la mañana por dinero lo que define a una persona de manera permanente.
Claire Burger: Samuel (Theis) es tan pudoroso como su madre. tout aussi pudique que sa maman. Ça doit être un truc de famille. Por eso también está reflejado en la puesta en escena. Haciendo esta película, ha hecho falta comprender cómo Angélique funcionaba a nivel íntemo. Eso le ha supuesto problemas, pero también le ha ayudado a entender mejor lo que pasaba en el momento del matrimonio.
Samuel Theis: Este pudor era también un límite para nosotros. Encontramos a Joseph Bour (que da vida a Michel) bastante tarde en el cásting. Fue un verdadero flechazo para nosotros, pero no para Angélique. Ella lo encontraba muy divertido e la cominación funcionaba muy bien entre ellos, pero físicamente, tenía un problema. Era casi imposible pedirles algo, aunque solo fuese darse un beso en la boca. Ella no era capaz de ser tierna con él. Eso se ve en la película e influencia la historia.

Los tríos de realizadores son muy escasos. ¿Se reparten las tareas específicamente?
Samuel Theis:
Como colectivo, hemos hecho realmente todo, en todas partes, los tres. Era simplemente imposible dejar una cosa para cada uno, relevarse o delegar tareas en particular.
Marie Amachoukeli: Eso tiene la ventaja de compartir la guardia. Creo que, a tres, nos sentimos más seguros cuando el barco zozobra y hay dificultades.
Claire Burger: Cada proyecto tiene su propia configuración. Esta ha funcionado para este, pero tampoco quiere decir que funcionará de la misma manera en el próximo.

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(Traducción del francés)

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